Por Miles Evans
LONDRES (Reuters/EP) - Aunque las cifras no lo favorecen ante el suizo Roger Federer para la final del domingo en el Abierto Británico, el estadounidense Andy Roddick parece completamente renovado, a diferencia de cuando perdió frente al mismo rival en dos definiciones anteriores sobre el césped del All England Club.
Federer tiene amplia ventaja en el historial contra Roddick, con 18 triunfos y apenas dos derrotas, y ya venció al nacido en Nebraska en las finales del 2004 y el 2005 en Wimbledon, además de haberlo dejado en ridículo en varias ocasiones con victorias arrolladoras.
Sin embargo, la versión 2009 del estadounidense parece no ser únicamente la de un jugador con un gran servicio y nada más.
Un año atrás, Roddick se encontraba en el aeropuerto mirando por televisión la épica final que el español Rafael Nadal le ganó a Federer en cinco sets para destronarlo.
Aquella desmoralizante situación y la profunda charla que tuvo con su esposa, Brooklyn Decker, lo convencieron de que las cosas tenían que cambiar.
Frustrado y cansado de ver a Federer y Nadal definiendo los torneos del Grand Slam, Roddick se dispuso a trabajar su condición física junto a su nuevo entrenador, Larry Stefanki. Ese trabajo, más los años de experiencia, lo convirtieron en un jugador más completo.
Terminando con la amenaza que significaba Andy Murray en la semifinal, para lo cual utilizó su gran servicio, golpes precisos e inteligentes subidas a la red, Roddick desmanteló el juego del escocés y puso fin a la esperanza de una nación de tener un campeón local luego de 73 años.
"Brook (su mujer) y yo tuvimos muchas conversaciones sobre si todavía pensaba que podía jugar y estar en un buen nivel. Definitivamente me lo pregunté abiertamente", dijo Roddick momentos después derrotar a Murray, número tres del mundo.
Por esto, el estadounidense asegura que cambió de mentalidad para recuperar parte de ese nivel que lo llevó a ser número uno del mundo.
"Después de una temporada mala, me dijo: si no vas a estar arriba, prepárate y date una oportunidad", comentó.
"Trabajé realmente duro y me comprometí (...) Así que sin duda me dio todas las oportunidades para tener éxito", agregó.
Desafortunadamente para Roddick, el éxito forma parte de la la naturaleza de Federer.
MEJOR RENDIMIENTO
Por estos días, el suizo logra más récords con cada partido y está en la cúspide de su carrera, a un paso de conseguir su mayor logro.
De ganar el domingo, se adjudicaría su título número 15 en eventos del Grand Slam, sobrepasando a Pete Sampras, con quien comparte el récord de 14. Además, entregaría una importante evidencia en el eterno debate respecto de quién es el jugador más grande de todos los tiempos.
Los defensores de Rod Laver, Jimmy Connors, John McEnroe, Bjorn Borg y Sampras tendrían pocas respuestas, ya que las estadísticas podrían ser restregadas en sus caras.
El helvético de 27 años tiene un enorme respeto por su rival y una revisión de la semifinal ante Murray le mostraría que el poderoso servicio de Roddick ya no es una única preocupación.
"He jugado con él 20 veces, así que he tenido mucho tiempo para estudiar su juego, para entender su juego", dijo Federer.
"El siempre ha jugado bastante diferente cada vez que nos enfrentamos. Ví diferentes aspectos de Roddick (..) Me gusta cómo deja todo en la cancha. No puedo sino maravillarme ante su increíble servicio. Me gusta jugar contra él, no sólo por el historial", añadió.
Un fascinante encuentro espera al público que colmará la cancha central del All England Club.
(Por Miles Evans. Editado en español por Marion Giraldo)