Actualizado 15/07/2016 12:30

GRÁFICO: Así está Río de Janeiro a un año para los Juegos Olímpicos

   La contaminación de la bahía de Guanabara es el principal problema pendiente

   RÍO DE JANEIRO, 3 Ago. (Notimérica) -

   Río de Janeiro arranca ya el sprint final de cara a los Juegos Olímpicos, que arrancarán el 5 de agosto del año que viene; hasta entonces la ciudad tiene por delante una carrera de obstáculos en la que tendrá que concluir a toda prisa decenas de instalaciones deportivas, nuevas líneas de metro y de tranvía, e intentar limpiar la contaminadísima bahía de Guanabara.

   El presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, aseguró recientemente que aunque "no hay tiempo que perder" la ciudad se está preparando bien: han quedado atrás los días en los que los responsables del COI decían que los preparativos de Río eran los peores de la Historia; ahora hay más tranquilidad en los despachos.

   Y es que el alcalde de Río, Eduardo Paes, suele citar a su homólogo Pasqual Maragall, artífice del éxito de Barcelona '92, al asegurar que es la ciudad la que tiene que aprovecharse de los Juegos y no al revés. Por eso también suele decir que estas Olimpiadas serán las del "legado", por la fuerte impronta que dejarán en la ciudad.

   Después de los Juegos los cariocas disfrutarán de 14 kilómetros más de metro y de un moderno tranvía en el centro, además de más de cien nuevos kilómetros de carriles exclusivos para autobuses que mejorarán considerablemente la movilidad en los suburbios de la ciudad. El Aeropuerto Internacional Tom Jobim se está ampliando y se crearán 17.000 nuevas plazas hoteleras.

   El centro, y en especial la región portuaria -rebautizada como 'Porto Maravilha'-- será el verdadero escenario de la transformación de Río, a pesar de que no recibirá ninguna competición deportiva. Por donde antes pasaba un viaducto y miles de coches surgirá un boulevard con jardines junto a la bahía de Guanabara, además de museos, centros comerciales, oficinas y nuevas residencias.

   Según el Ayuntamiento, los Juegos de Río costarán 38.200 millones de reales (11.000 millones de dólares) --menos que los de Londres 2012-- y estarán sufragados en gran parte (57%) por la iniciativa privada, aunque en realidad el gasto total sólo se sabrá después del macroevento deportivo, pues el presupuesto varía constantemente y el Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU) ya ha alertado de que hay sobrecostes en algunos proyectos.

LA SOMBRA DE PETROBRAS Y LA CONTAMINACIÓN DE LA BAHÍA

   "Existe un Brasil de los ladrones de Petrobras, pero hay un Brasil de gente seria que hace las cosas en el plazo y en el coste, un Brasil que sabe planear", aseguraba el alcalde Paes en una reciente entrevista con Notimérica; aunque la verdad es que varias de las empresas encargadas de las obras olímpicas, como Odebrecht, Queiroz Galvão o Andrade Gutierrez, se han visto salpicadas de lleno en el escándalo de corrupción de Petrobras.

   Evitar que sus actuales problemas con la Justicia afecten al calendario de obras es uno de los principales retos de la organización de los Juegos; el otro es la descontaminación de la bahía de Guanabara, que albergará las pruebas de vela pese a que ecologistas, científicos y federaciones internacionales de vela han alertado de los peligros de competir en esas aguas.

   La semana pasada un estudio de la Universidad de Novo Hamburgo de encargado por Associated Press (AP), confirmaba que las aguas de la bahía, pero también la de la playa de Copacabana -sede del triatlón- o de la laguna Rodrigo de Freitas -escenario del remo- presentan "niveles peligrosamente altos de virus y bacterias de aguas residuales" que podrían poner en peligro la salud de los atletas.

   Una de las promesas estrellas de Río cuando presentó su candidatura al COI para ser la ciudad escogida fue limpiar el 80% de la bahía antes de los Juegos, pero la autoridad competente, el Gobierno del Estado de Río, ya ha reconocido que no podrá cumplir ese objetivo; ahora las iniciativas se limitan a instalar barreras de plástico en la desembocadura de los ríos para que al menos no llegue al mar la basura flotante.