TEHERAN (Reuters/EP) - El accidente de avión que ocurrió el viernes en el noreste de Irán dejó 13 tripulantes y tres pasajeros muertos, informó el sábado la televisión estatal iraní.
El avión de pasajeros, un Ilyushin Il-62 de Kazajistán arrendado por la firma iraní Aria Aviation Company, se salió de la pista y golpeó una muralla mientras aterrizaba en el aeropuerto Hasheminejad de Mashhad.
Medios iraníes dijeron que 30 personas resultaron heridas en el accidente y que estaban siendo atendidas en tres hospitales de la misma ciudad.
"Nueve de los tripulantes que murieron en el hecho eran ciudadanos de Kazajistán y los otros cuatro eran iraníes", dijo el sábado Reza Jafarzadeh, portavoz de la organización de aviación de Irán, a la agencia oficial de noticias IRNA.
Había 153 personas a bordo de la aeronave, que viajaba desde Teherán a Mashhad. La televisión iraní mostró imágenes del avión con su frente totalmente destruido y dijo que el accidente se debió a una falla de funcionamiento de las ruedas de la aeronave.
Medios iraníes informaron que el piloto estaba entre los fallecidos.
La televisión estatal dijo que la licencia de vuelo de Aria Aviation Company ha sido suspendida hasta que se complete una investigación sobre el accidente del avión.
Mashhad es un popular destino de peregrinación para los musulmanes chiítas que corresponden a la mayoría de la población de Irán.
El 15 de julio, una aeronave Tupolev de fabricación rusa se estrelló en Irán rumbo a Armenia, luego de que se incendió en pleno vuelo y cayó en el campo provocando la muerte de las 168 personas que viajaban a bordo.
Ese accidente, en el que murieron seis ciudadanos armenios y dos georgianos, es el peor que ha sufrido Irán en seis años.
Expertos en seguridad aérea han dicho que Irán tiene malos antecedentes en el área, debido a una serie de accidente en las últimas décadas, muchos de ellos involucran a aviones de fabricación rusa.
Las sanciones de Estados Unidos contra Irán han evitado que el país compre naves nuevas o repuestos desde Occidente, lo que lo ha obligado a reemplazar a su antigua flota de aviones Boeing o Airbus con alternativas de la ex Unión Soviética.