Publicado 10/12/2013 20:50

ACTUALIZA 1-Apretón de manos entre Obama y Raúl Castro despierta esperanzas de acercamiento

(Amplía información y agrega reacciones la Casa Blanca y exiliados)

Por Rosa Tania Valdés

LA HABANA, 10 dic, 10 Dic. (Reuters/EP) -

- La inédita imagen del presidente estadounidense Barack Obama saludando al mandatario cubano Raúl Castro durante un homenaje a Nelson Mandela encendió el martes esperanzas de un acercamiento entre las dos naciones enfrentadas desde hace más de 50 años.

La sonrisa de Castro cuando Obama le estrechó la mano al pasar a su lado en un estadio de Johannesburgo fue, para muchos, una señal de relajamiento entre los vecinos separados por apenas 145 kilómetros de mar pero en extremos opuestos del espectro ideológico.

"Es una noticia muy buena, abre posibilidades de que mejoren las relaciones. Me parece muy bien", dijo José Alert, un oncólogo cubano que se dirigía a su trabajo en La Habana.

Las relaciones tocaron fondo tras la revolución que llevó en el 1959 al poder a Fidel Castro, hermano del actual presidente. Washington todavía mantiene un embargo comercial sobre Cuba, al que las autoridades comunistas de la isla culpan de muchos de sus problemas económicos.

Más tarde un asesor de la Casa Blanca dijo a periodistas a bordo del Air Force One que el saludo fue un gesto espontáneo de Obama y no debía ser interpretado como otra cosa.

"Realmente no hizo más que intercambiar saludos con esos líderes mientras se dirigía a hablar. No fue una discusión substancial", dijo el asesor adjunto de Seguridad Nacional, Ben Rhodes.

En Cuba el apretón de manos era el martes una de las noticias destacadas en el sitio oficial Cubadebate.cu, que colgó incluso un video del momento en que Obama se detiene unos segundos frente a Castro para saludarlo.

Planeado o no, la cordialidad mostrada por Obama y Castro es la más reciente señal de un cambio de tono en la retórica habitualmente hostil entre los dos gobiernos.

Funcionarios de ambas naciones han hablado con pragmatismo sobre sus relaciones. El mes pasado en Miami, Obama reconoció por primera vez los esfuerzos de Raúl Castro por reformar la economía estilo soviético de Cuba y dijo que la política de Washington hacia la isla había quedado anticuada.

El único otro apretón de manos conocido entre líderes de ambos países ocurrió en el 2000, cuando Fidel Castro y Bill Clinton tropezaron por casualidad en Naciones Unidas. El gesto también llamó la atención, aunque no se tradujo en avances sustanciales.

"Tal vez el presidente estadounidense y el cubano comprendan, con este apretón de manos, que el trabajo que tienen que hacer juntos es mucho más fácil que la lucha de Sudáfrica contra el apartheid", dijo Julia Sweig, directora de estudios latinoamericanos en el Council on Foreign Relations de Nueva York.

Otros analistas fueron más cautos. Phil Peters, del Cuba Research Center en Washington, dijo: "No puede hacer daño, pero no es significativo".

"Lo que importa es si el presidente Obama conducirá las relaciones (con Cuba) como lo hace con todos los demás países que tienen sistemas políticos diferentes. Eso requiere una decisión, no un apretón de manos", agregó.

Con la llegada al poder del demócrata Obama, muchos dentro y fuera de la isla se ilusionaron con su promesa de un nuevo comienzo con Cuba.

Y aunque durante su administración Washington flexibilizó los viajes de cubano estadounidenses a la isla y el envío de remesas, algunos incidentes frenaron el tímido acercamiento.

El gobierno de Castro dice que las medidas de Washington no son suficientes y exige el levantamiento del embargo comercial, pero Estados Unidos reclama gestos de Cuba en el frente de los derechos humanos para hacer otras concesiones.

Los exiliados cubanos en Miami restaron importancia al saludo, el primero entre los presidentes de ambos países en casi una década y media.

"El apretón de manos fue lamentable, pero inevitable y sin consecuencias", dijo Mauricio Clever-Clarone, director de Cuba Democracy Advocates, un grupo de Washington.

"Mucho más importante fueron la palabras de Obama, que, creo, iban dirigidas a Castro", añadió.

En su discurso en el estadio Soccer City de Johannesburgo, Obama reprendió a los líderes que expresaron solidaridad con la lucha de Mandela contra la opresión pero no toleran la libertad en sus propios países.

Muchos vieron el saludo como parte del ambiente generado tras el fallecimiento el jueves de Mandela, un símbolo de la reconciliación y de la lucha contra el apartheid.

"Otra razón para estar agradecidos con Nelson Mandela. Es significativo que los líderes de dos países que han sido por tanto tiempo enemigos se saluden de este modo", dijo Orlando Márquez, portavoz de la Iglesia Católica en La Habana.

"Es de desear que el ejemplo de Mandela continúe siendo una inspiración para ir más allá de un gesto formal como ese", añadió.