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Por Kevin Yao
PEKÍN, 8 nov, 8 Nov. (Reuters/EP) -
- El crecimiento de la balanza comercial de China a tasa anual se desaceleró en octubre, mostraron el sábado unos datos, reforzando las señales de fragilidad en la segunda mayor economía del mundo que podrían llevar a autoridades a poner en marcha nuevas medidas de estímulo.
Las exportaciones han sido el único punto brillante de la economía china en los últimos meses, ayudando quizás a compensar una demanda interna débil, aunque persisten dudas sobre la precisión de las cifras oficiales en medio de señales de una reaparición de los flujos especulativos de divisas mediante comprobantes de exportaciones inflados.
Las exportaciones de China crecieron un 11,6 por ciento en octubre respecto al año previo, desacelerándose desde el crecimiento del 15,3 por ciento registrado en septiembre. La cifra fue ligeramente superior a las previsiones de los expertos que, según una encuesta de Reuters proyectaban un alza del 10,6 por ciento.
Además, un descenso en los indicadores adelantados apuntó a una mayor debilidad del crecimiento en los próximos dos o tres meses.
"La economía todavía enfrenta una presión relativamente importante a la baja en las exportaciones, mientras que la incertidumbre respecto a unas débiles importaciones apuntan a una pobre demanda doméstica", dijo Nie Wen, economista de Hwabao Trust en Shánghai.
"El banco central podría continuar flexibilizando su política monetaria".
Las importaciones crecieron a una tasa anual del 4,6 por ciento en octubre desde la subida del 7 por ciento en septiembre y fueron inferiores a lo que había previsto el mercado. Esto dejó al país con un superávit comercial de 45.400 millones de dólares en el mes, cerca de sus niveles máximos.
El crecimiento económico anual se desaceleró al 7,3 por ciento en el tercer trimestre -el más bajo desde la crisis económica mundial- tras un enfriamiento del sector inmobiliario que ha pesado sobre la demanda interna.
Recientes sondeos de gerentes de compras sobre la actividad fabril y de servicios han mostrado que la economía ha perdido impulso de cara al cuarto trimestre del año, presionada por el mercado inmobiliario y la debilidad en la demanda de exportaciones, poniendo el objetivo oficial de crecimiento de Pekín en mayor riesgo.