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BUENOS AIRES, 19 nov, 20 Nov. (Reuters/EP) -
- El secretario de Comercio Interior de Argentina, Guillermo Moreno, el encargado de vigilar los precios y considerado un hombre de mano dura con los empresarios del país, renunció a su cargo, dijo el martes el portavoz del Gobierno.
Moreno partirá a Italia el mes próximo para ocupar un cargo en la Embajada de Argentina en Roma, agregó el portavoz.
La salida de Moreno, un funcionario conocido por presionar a empresarios para que acepten límites de precios en productos que van desde cortes de carne hasta gasolina, se produce luego de otros cambios relevantes en el gabinete del Gobierno.
Los relevos del ministro de Economía, del presidente del Banco Central y del jefe de Gabinete, entre otros altos funcionarios, fueron anunciados el lunes, cuando la presidenta Cristina Fernández volvió a ejercer su cargo tras un reposo de cerca de un mes por una operación para drenarle un hematoma en el cráneo.
Los cambios en el gabinete de ministros se producen tras una derrota del oficialismo en las elecciones legislativas de medio término realizadas el mes pasado.
El revés electoral eliminó la posibilidad de una reforma constitucional que permitiría a Fernández competir por un tercer mandato consecutivo, por lo que tendrá que entregar el cargo al que resulte su sucesor en el 2015.
Moreno "presentó su renuncia a la señora presidenta de la nación, Dra. Cristina Fernández de Kirchner, la cual fue aceptada y será efectiva a partir del lunes 2 de diciembre del corriente año", dijo el portavoz presidencial, Alfredo Scoccimarro.
"Asimismo, la jefa de estado designó al ex funcionario para la agregaduría económica en la embajada de la República de Italia", señaló Scoccimarro, que no indicó quien ocupará el cargo de Moreno.
Técnicamente, el cargo que deja Moreno depende del ministro de Economía, el designado Axel Kicillof, quien asumirá sus funciones el miércoles.
Moreno tenía una amplia incidencia en el rumbo de la economía de Argentina, que desde hace unos años sufre uno de los más altos índice de inflación de la región, así como bajos niveles de inversión y reclamos por un rígido control de cambios.
El secretario de Comercio Interior era uno de los cerebros del intervencionismo del Gobierno, especialmente en los mercados agrícolas y ganadero, en los que imponía límites a la exportación muchas veces con órdenes no escritas, según las denuncias de empresarios.