Actualizado 12/07/2006 19:54

Argentina.- El Gobierno seguirá adelante con el proyecto de cobrar más caro el combustible a los conductores extranjeros


BUENOS AIRES, 12 Jul. (Del corresponsal de EUROPA PRESS Rafael Saralegui) -

El ministro argentino de Planificación Federal, Julio De Vido, ratificó hoy la iniciativa del Gobierno del presidente Néstor Kirchner de permitir que se cobre más caro el combustible a los vehículos de países limítrofes en Argentina, principalmente en las zonas fronterizas.

"No nos movemos a partir de comentarios de otros comentarios. Nosotros simplemente tomamos las decisiones que el país necesita y fundamentalmente en el marco de los acuerdos que hacemos con otros países. No tengo otro comentario", dijo De Vido esta mañana al ser consultado por las críticas que generó la iniciativa.

Ayer, la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, calificó la iniciativa de "incomprensible" y advirtió: "los países pueden tomar todas las decisiones que consideren convenientes, pero a nosotros no nos parece una decisión comprensible, ni que vaya en la dirección de una mayor integración".

La presidenta de Chile dijo que trasladará su reclamación a Kirchner durante la reunión ampliada del Mercosur que se realizará la semana próxima en la ciudad de Córdoba. "Esta cuestión será una materia que conversaremos con los distintos presidentes para mirar cómo avanzamos en una mayor integración regional, para lo cual no podemos tener medidas como ésta, que realmente atentan contra ese objetivo", indicó.

El Gobierno argentino publicó ayer en el boletín oficial la iniciativa que fija precios diferenciales para los vehículos con carnet de conducir extranjeros que circulan por el país, especialmente en la zonas de fronteras. La iniciativa busca desanimar a los automovilistas de los países vecinos que viajan hasta Argentina para llenar sus tanques de combustibles, debido a que aquí las naftas son más baratas.

También el ministro de Asuntos Exteriores de Chile, Alejandro Foxley, se refirió a la cuestión al señalar que la medida "sería una discriminación, que no veríamos como un gesto particularmente integracionista, desde el punto de vista de la República Argentina".