Publicado 08/01/2015 20:24

BCE se arriesga a anular efecto de estímulos si opta por solución de consenso

Por Marius Zaharia

LONDRES, 8 ene, 8 Ene. (Reuters/EP) -

- El Banco Central Europeo está considerando tres opciones principales para inyectar dinero en la economía de la zona euro pero dos de ellas podrían dañar la confianza en los estados más endeudados del bloque, lo que anularía el efecto buscado.

Con la baja de los precios al consumidor de diciembre, para los mercados financieros ya no se trata de saber si el BCE va a actuar para impulsar el crecimiento económico y eludir una espiral deflacionaria, sino de cuándo lo hará.

El presidente del BCE, Mario Draghi, podría hacer un anuncio sobre un programa del banco para comprar deuda soberana en la próxima reunión del Consejo de Gobierno del banco central, el 22 de enero.

El escenario principal para los mercados es que el BCE imitará a sus pares de Estados Unidos, Japón y Gran Bretaña y aplicará un alivio cuantitativo por medio de la compra de bonos en montos proporcionales a la participación de cada estado de la zona euro en el banco.

Pero las objeciones del Bundesbank, el banco central alemán, a que el BCE asuma riesgos sobre deuda soberana han generado dos soluciones de consenso, como se desprende de las últimas declaraciones de Peter Praet, economista jefe del BCE.

La segunda alternativa es que los bancos centrales nacionales compren la deuda de sus propios gobiernos, para que el riesgo se quede dentro del país en cuestión.

La tercera propuesta es que el BCE compre sólo bonos que tengan calificación AAA con la esperanza de que los inversores elijan deuda con calificaciones inferiores de gobiernos más débiles dentro del bloque, que aunque son más riesgosas ofrecen mejores retornos.

Sin embargo, los economistas creen que la segunda y la tercera opción podrían ser contraproducentes. Si el BCE no está dispuesto a asumir el riesgo de mantener deuda de Grecia, Italia, España o Portugal, los inversores privados se podrían preguntar por qué tendrían que hacerlo ellos.

Todo parece indicar que el escenario preferido por los inversores parece ser más el de mantener los principios de solidaridad de la unión monetaria europea.

Si el BCE tuviera que asumir pérdidas en los bonos de un estado miembro que no pueda asumir su deuda, el banco central tendría que ser recapitalizado por todos los 19 gobiernos de la zona euro. Los inversores privados también sufrirían pérdidas en caso de alguna amortización de deuda, pero al menos el daño estaría más repartido.

En cambio, las opciones 2 y 3 no propagarían el riesgo por todo el bloque. Los inversores podrían perseguir una prima sobre los bonos de calificación más baja, lo que elevaría los rendimientos para los gobiernos de los mismos países que tienen mayor necesidad de costos de endeudamiento más bajos.

"Parece un alejamiento de todo el concepto de unión monetaria", dijo Luke Bartholomew, gerente de inversión de Aberdeen Asset Management.

"En segundo lugar, es un reconocimiento bastante explícito del riesgo de crédito que el BCE no quiere tener en la hoja de balance y esa es una señal que ellos no quieren enviar", agregó.

Los costos de tomar crédito para los gobiernos establecen el estándar para las tasas de interés que las compañías y los consumidores pagan por fondos, y el alivio cuantitativo busca dar un impulso económico bajándolos.

Pero bajo las opciones 2 y 3 esos costos podrían incluso subir en las economías de la "periferia" de la zona euro, economías que tienen problemas para crecer y sufren un alto nivel de desempleo.

La opción 3 es considerada la peor, e incluso para algunos inversores podría llevar a una ola de ventas de bonos soberanos de las economías periféricas.

El tamaño potencial del programa está limitado desde el comienzo. Cálculos de RBS muestran que la deuda con calificación AAA representa unos 3,3 billones de euros de los 7 billones de euros del mercado de deuda de la zona euro.

En la zona euro, sólo Alemania tiene aún la nota máxima de todas las agencias calificadores, aunque Austria, Finlandia, Luxemburgo y Países Bajos tienen la nota AAA de al menos una agencia. Francia tiene la nota máxima sólo de la pequeña calificadora DBRS, pero debería ser suficiente para que el BCE compre su deuda.

Alrededor de la mitad de los bonos con máxima calificación ya ofrecen rendimientos de menos de 10 puntos básicos o incluso negativos, por lo que es improbable que puedan caer mucho más, limitando el impacto en el mercado de los euros que imprima el BCE.