BRASILIA, 9 Ene. (Reuters/EP) -
La inflación de Brasil cerró el año 2015 en su mayor nivel en más de 12 años, por encima de un 10 por ciento y superando la meta oficial, lo que llevó al Banco Central a prometer que tomará medidas para frenar la subida de los precios a pesar de la profunda recesión a la que se enfrenta la mayor economía de América Latina.
En una carta pública en la que explica las razones por las que no se logró la meta, el presidente del Banco Central, Alexandre Tombini, ha reafirmado que el organismo está dispuesto a adoptar las medidas necesarias para limitar el avance de los precios, apuntando a una subida de los tipos a pesar de los llamamientos de políticos y altos cargos del Gobierno para que no lo haga.
Los precios al consumidor medidos por el Índice Nacional de Precios al Consumidor Amplio (IPCA) de Brasil subieron un 10,67 por ciento en 2015, según ha indicado este viernes el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), muy por encima del rango meta oficial de entre un 2,5 a un 6,5 por ciento.
La subida de impuestos, un gasto público elevado y el fenómeno climático 'El Niño' han contribuido a que la inflación del año pasado en Brasil fuera más alta que lo previsto al iniciarse 2015.
Tombini ha dicho que la depreciación del real y un fuerte aumento de los precios controlados por el Gobierno también han sido responsables de una mayor inflación, que ha generado descontento entre los brasileños que lidian con la que podría ser la peor recesión en un siglo.
Aunque el Banco Central espera que la inflación descienda al rango meta este año, los altos cargos están bajo una tremenda presión para evitar que se reanuden las subidas de tipos en su próxima reunión el 20 de enero.
Un nuevo aumento de los tipos podría complicar aún más la posición política de la presidenta, Dilma Rousseff, quien lucha por reunir el respaldo de sus legisladores en el Congreso para sobrevivir a los procedimientos de un juicio político --'impeachment-- en su contra.