Actualizado 04/04/2007 05:04

Brasil.-'Lula' endurece su posición contra los controlaores aéreos aunque muestra su disposición al diálogo sin amenazas


BRASILIA, 4 Abr. (EP/AP) -

A las puertas de un nuevo día festivo nacional, el Gobierno brasileño endureció ayer su posición ante los controladores aéreos y afirmó que está dispuesto a negociar pero sin amenazas o "cuchillos en el cuello" de nuevas paralizaciones.

Tras una reunión en el Ministerio de Planificación, los representantes de los controladores no formularon comentarios del encuentro. La cita era para discutir el cumplimiento de los términos de un acuerdo cerrado el viernes, después que los controladores iniciaran una huelga en Brasilia, causando un efecto dominó que cerró las 67 terminales del país, indicó la agencia oficial de noticias 'Agencia Brasil'.

Tras el acuerdo, los controladores volvieron a sus puestos y lentamente se normalizó el tránsito aéreo.

Pero en la jornada, el Gobierno --que ya en voz del presidente Luiz Inacio Lula da Silva calificó de "irresponsable" la acción del viernes de los controladores-- indicó que para negociar se necesitaba un ambiente de tranquilidad en las terminales.

"Queremos escuchar a todas las partes, pero no podemos hacer eso con un cuchillo en el cuello", dijo el ministro de Planificación, Paulo Bernardo. "Es muy difícil negociar con constantes amenazas de protestas y con amenazas de hacer huelga, de transformar la Pascua en un infierno", agregó Bernardo a los periodistas tras la reunión.

Bernardo no señaló, sin embargo, si habrá un nuevo encuentro con los controladores.

En un comunicado del pasado lunes, la Asociación Brasileña de Controladores de Tráfico Aéreo informó de que en el gremio "no hay intenciones de paralización en la Semana Santa" --un día festivo nacional en Brasil desde el viernes-- y que confiaban en que el Gobierno cumpliría lo acordado el 30 de marzo.

Sin embargo, Bernardo dijo que el Gobierno "no sólo pide, sino exige que haya condiciones de tranquilidad" para poder negociar.

Entre los puntos pactados entre las partes estuvo el que los huelguistas, algunos de ellos militares, no serían castigados, así como que se estudiaría el pago de bonos y el paso del sistema de tráfico aéreo del control militar al civil, como reclaman los gremios desde hace meses.

En algunas terminales del país, como en el de Congonhas, en Sao Paulo, el de mayor tráfico de Brasil, la situación era de expectativa.

"Sí, diría que estamos preocupados por que se produzca otra huelga el viernes" de la Semana Santa, comunicó a AP una agente vendedora de billetes de TAM Linhas Aereas SA, la más grande del país. "Si Dios y los controladores lo permiten, no tendremos problemas en la Pascua. Si no, será el caos total. Será un infierno como el viernes pasado", agregó la mujer declinando ser identificada porque no estaba autorizada a hablar con la prensa.

A pesar de que los controladores han dicho que no tienen intenciones de parar, muchos viajeros decidieron no arriesgarse.

"La venta de billetes para Semana Santa ya estaba baja debido a la crisis", dijo Carlos Alberto Amorim, vicepresidente de la Asociación Brasileña de Agencias de Viejas. Aunque las ventas empeoraron después del paro del viernes pasado, aseguró.

Los problemas del sector aéreo han provocado pérdidas de unos 20 millones de reales (unos 10 millones de dólares) a los operadores turísticos debido a las cancelaciones y menor número de reservas, concluyó.