Publicado 13/03/2015 19:33

Brasil opta por no apoyar al real, la moneda de peor desempeño del mundo

Por Walter Brandimarte

RIO DE JANEIRO, 13 mar, 13 Mar. (Reuters/EP) -

- Los encargados de las políticas de Brasil se están enfrentado al abrupto desplome de su moneda con una estrategia inesperada: cruzarse de brazos tranquilamente.

El real ha perdido un 13 por ciento de su valor en lo que va de marzo, convirtiéndose en la divisa con peor desempeño entre las 152 que sigue Reuters. A las 1748 GMT, la moneda perdía un 3,38 por ciento a 3,2720 unidades por dólar.

Otras monedas de mercados emergentes también se han visto afectadas por las compras de los inversores de dólares, anticipando que la Reserva Federal empezará a subir pronto las tasas de interés.

Sin embargo, el real brasileño es el que más ha sufrido. A los inversores les asusta la contracción de la economía del país, el gran déficit por cuenta corriente y un escándalo de corrupción que ha conmocionado al Gobierno de Dilma Rousseff.

Pero en vez de tratar de gestionar activamente el valor del real, como hizo Rousseff durante gran parte de los primeros cuatro años de su mandato, su Gobierno y el banco central parecen haber decidido que una moneda más débil reanimará a la economía, o que no tienen fuerza para enfrentar al mercado.

O, lo que es más probable, ambas.

"La estrategia es clara: ya no quieren una moneda sobrevalorada", dijo Gustavo Rangel, economista jefe para América Latina de ING en Nueva York.

"Además, no hay mucho más que pueda hacer el banco central".

El emisor se ha mantenido anormalmente tranquilo en las últimas semanas. Sus funcionarios no han querido hablar sobre el real, ni siquiera con reserva de su identidad. Un portavoz declinó comentar la estrategia de la institución.

En los últimos años, la principal estrategia del banco para manejar el valor del real ha sido realizar subastas de swaps cambiarios.

Sin embargo, a fines de febrero, el banco señaló que en realidad iba a desacelerar las ventas de swaps, lo que hizo que el real se desacelerase aun más.

Algunos analistas creen que el banco podría cambiar el curso y tratar de apoyar al real, en particular si se acelera la velocidad de su caída.

El viernes, el real bajó hasta un 3,7 por ciento, a 3,28 unidades por dólar, su nivel más débil desde abril de 2003.

El repentino desplome de la moneda podría empeorar la inflación, que ya va alcanza el 7,7 por ciento anual, más de un punto porcentual por encima del objetivo del banco central.

"¡Demasiado rápido, demasiado furioso!", fue el título que le pusieron analistas de Goldman Sachs a una nota sobre la depreciación del real en la mañana del viernes.

Pero, al menos hasta ahora, la reacción de los responsables ha sido calma, sobre todo si se compara con la de sus pares de Turquía e Indonesia, donde la debilidad de sus monedas ha provocado disputas políticas y reuniones urgentes de gabinetes.

EL NUEVO RUMBO DE ROUSSEFF

Rousseff ha intentado adoptar una postura más de "laissez-faire" en su segundo período para recobrar la confianza de los inversores, que la acusan de ser demasiado intervencionista.

El nuevo ministro de Hacienda, Joaquim Levy, graduado de la Universidad de Chicago y que es mucho más ortodoxo que su predecesor, dijo poco después de asumir la cartera que el Gobierno no mantendría al real "valorizado artificialmente".

Por su parte, el ministro de Planificación, Nelson Barbosa, dijo el 6 de marzo que un real más bajo debería ayudar a la industria local a ser más competitiva.

Jorge Mariscal, jefe de inversión de mercados emergentes de UBS Wealth Management, dijo que espera que la moneda se mantenga en torno a los 3,2 reales por dólar durante los próximos seis meses, antes de recuperarse lentamente hacia las 3 unidades.

Pero advierte que al real lo rodean muchos riesgos, especialmente si Levy no consigue la aprobación de los recortes presupuestarios que se necesitan para cerrar la brecha fiscal.

No obstante, la capacidad del banco central de apoyar a la moneda, aun si quisiera hacerlo, ha terminado por ser más limitada.

El banco ya ha subido las tasas de interés a un máximo de seis años de 12,75 por ciento. Su programa de subastas de swaps cambiarios se ha ido encareciendo, costando en 2014 17.000 millones de reales (5.500 millones de dólares) y agravando el déficit presupuestario de Brasil.

La mayor parte de los analistas pronostica que el banco ampliará el programa a fines de este mes, aunque no se espera que el programa de swaps se expanda.

Tampoco se aconseja vender dólares de las reservas de divisas de Brasil, porque eso podría provocar una baja en su calificación de crédito soberano, advierte Rangel de ING.

"La calificación ahora es más vulnerable".