Publicado 07/10/2013 11:06

Un empleado de Fukushima apaga por accidente las bombas de refrigeración

* Tepco dice que se ha restaurado la refrigeración en los reactores dañados

* Un trabajador cortó por error la energía, dice el regulador

TOKIO, 7 oct, 7 Oct. (Reuters/EP) -

- El operador de la destrozada planta nuclear de Fukushima dijo el lunes que las bombas empleadas para inyectar agua para enfriar los reactores dañados se vieron afectadas por un fallo de energía, pero que se puso en marcha de inmediato un sistema de respaldo.

La Autoridad de Regulación Nuclear dijo que un obrero que realizaba las inspecciones del sistema apretó por error un botón que apagó el suministro de los sistemas en los cuatros edificios de reactores en la planta de Fukushima.

El operador de la planta, Tokyo Electric Power, o Tepco, arroja cientos de toneladas de agua al día sobre los reactores para enfriarlos tras el devastador terremoto y tsunami de marzo de 2011, que generó fusiones y explosiones de hidrógeno.

Tepco dijo que se estaba bombeando agua a los reactores número uno, dos y tres en la planta y que se estaban refrigerando las piscinas que almacenan las barras de combustible gastadas.

El último incidente es otro recordatorio del precario estado de la planta de Fukushima, que ha sufrido una serie de contratiempos y accidente este año. A principios de este año, Tepco perdió la energía para enfriar las barras de uranio gastadas en la planta cuando una rata tropezó con un cable eléctrico.

Tepco ha quedado bajo presión después de hallar en agosto que 300 toneladas de agua altamente radiactiva se habían filtrado de unos tanques de almacenamiento construidos precipitadamente en Fukushima. Japón reforzó los apoyos al operador el mes pasado, prometiendo 500 millones de dólares para ayudar a contener el agua contaminada en Fukushima.

La compañía está teniendo dificultades para almacenar grandes cantidades de agua contaminada en el lugar al tiempo que planea un complejo desmantelamiento que podría llevar décadas.

(Información de Mari Saito; Traducido por Inmaculada Sanz en Madrid)