Actualizado 03/09/2009 23:58

Empresas extranjeras transfieren fábricas a Brasil por crisis

Por Fernando Exman

BRASILIA (Reuters/EP) - El Gobierno de Brasil dijo que detectó en los últimos meses un traslado de fábricas de empresas extranjeras desde naciones desarrolladas hacia el país, debido a los efectos de la crisis económica mundial.

Según el Ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior, como las empresas buscan mercados consumidores en crecimiento y crear plataformas exportadoras, la tendencia también beneficia a otros países emergentes, como China.

Por eso, el Gobierno trata de aumentar el atractivo de Brasil, dijo un funcionario del ministerio.

"Sabemos que es una ventana de oportunidad", dijo a Reuters el secretario de Comercio Exterior del ministerio, Welber Barral. "Hemos visto eso de forma bastante positiva. Es generación de empleo, renta y diversificación de la base productiva brasileña", agregó.

Según Barral, cerca de 50 pequeñas y medianas empresas ya transfirieron sus fábricas desde Estados Unidos, Europa y Japón a Brasil desde agosto del 2008, lo que generó una inversión de 60 millones de dólares en el país.

El valor relativamente bajo de las inversiones se explica en el hecho de que los mayores gastos están relacionados al transporte de equipos y a la eventual adquisición de componentes nacionales, agregó.

Los sectores que han liderado el movimiento son los de repuestos para automóviles, hilos, productos químicos y muebles.

"En el 2008, ya sentimos una cierta tendencia. Está sucediendo mucho más y sabemos que está relacionado con la crisis económica", comentó Barral.

"El gran cebo es el mercado consumidor brasileño en expansión en momentos de crisis. Después, las empresas ven el acceso que tiene Brasil en Latinoamérica", remarcó Barral, añadiendo que existen compañías interesadas en usar al país como puente hacia Africa.

El Ministerio de Desarrollo está reforzando el área responsable del análisis de pedidos de importación de máquinas y equipos. Actualmente, ese trámite demora cerca de cuatro meses y la meta del Gobierno es reducirlo a 45 días.