Actualizado 20/08/2009 17:31

Familias mexicanas sufren por menos remesas de EEUU

Por Noé Torres

LOS OTATES, México (Reuters/EP) - Durante seis años, Eliza Ruiz y su hija vivieron sin mayores preocupaciones de los dólares que su esposo les envía desde Estados Unidos al pintoresco estado de Michoacán, en el occidente de México.

Pero desde que la crisis financiera se agudizó en aquel país, los envíos de dinero han ido mermando de manera angustiante, en tanto conseguir un empleo en México es cada vez más difícil por la aguda recesión que afecta a la segunda economía latinoamericana.

En Estados Unidos, los inmigrantes que se fueron persiguiendo el "sueño americano", como Valdemar Tapia, el esposo de Ruiz, están sufriendo el látigo del desempleo, agravado en su caso por un accidente en una mano.

"El no tiene estudios ni papeles (documentos) y desde que se quemó (una mano en el restaurante donde trabajaba), le ha sido más difícil conseguir algo", comentó Eliza en la comunidad Los Otates en Michoacán, uno de los estados que más depende del envío de remesas, principalmente desde Estados Unidos.

A partir de octubre, las remesas familiares disminuyeron en más de un 25 por ciento hasta los 1,923 millones de dólares captados en junio, aunque la caída se vio parcialmente compensada por una depreciación del peso mexicano.

Aunque estacionalmente octubre es un mes en el que el envío de capitales desde el exterior aumenta ante la cercanía de las fiestas de fin de año, en esta ocasión se sumó el hecho de que muchos inmigrantes enviaron sus ahorros a México ante su inminente regreso al país por la falta de trabajo.

Pero quizás no era el momento correcto para regresar a México, donde la situación está lejos de ser color de rosa, con una tasa de desempleo equivalente al 5.17 en junio, sólo una muestra de cómo el país ha sido golpeado por la debilidad económica de Estados Unidos, su principal socio comercial.

"Cuando no me puede mandar dinero, mis hermanos me prestan o consigo prestado por otro lado", dijo Eliza mientras saca un puñado de fotografías de cuando Valdemar todavía vivía con ellas.

Antes de la crisis, la mujer recibía hasta 600 dólares mensuales y hoy apenas 300 si es que él logra conseguir trabajo temporal como ayudante en algún comercio o en la lastimada construcción estadounidense, sector que usualmente da empleo a la mayoría de los mexicanos.

Actualmente y como millones de mexicanos, Eliza se dedica al comercio informal de ropa que trae de Ciudad de México para poder subsistir en el pequeño caserío perdido en la sierra, donde la mayoría de sus 500 habitantes vive de la agricultura y apenas ganan unos 700 pesos (54 dólares) a la semana.

"He aprendido que con ayuda de Dios te sirve igual 100 pesos que 1,000", afirma Eliza, una menuda mujer de 39 años, al fondo de una calurosa habitación con muros de adobe y techos de lámina y asbesto.

Cada año, unos 500,000 mexicanos emigran a Estados Unidos en busca de alguna oportunidad laboral, la mayoría de manera ilegal y muchas veces arriesgando su vida en medio del calor del desierto de Arizona o explotados por "polleros", como se les llama a los traficantes de personas.

"Aquí cada quien lucha por sobrevivir", comentó por teléfono Valdemar desde un pequeño departamento en Corona, California. "Está dura la situación, hay poco trabajo, los que tienen papeles no tienen 'chamba' (trabajo) y los que no tenemos estamos peor", agregó.

LO PEOR YA HABRIA PASADO

En el transcurso del 2009 las remesas, una de las columnas del consumo para la economía mexicana y una de las tres principales fuentes de divisas del país, suman 11,079 millones de dólares, frente a los 12,580 a junio del 2008.

Los economistas piensan que los envíos de dólares al país podrían moderar su descenso a finales del año y comenzar a mejorar tímidamente a partir del 2010, cuando la economía estadounidense muestre mayores signos de recuperación.

"Probablemente ya vimos los peores datos, pero el mercado laboral va a tardar en recuperarse. La contracción ha sido muy fuerte y va a llevar tiempo absorber la pérdida de empleos", opinó Rafael Camarena, analista de Grupo Financiero Santander.

En julio la tasa de desempleo en el vecino del norte se ubicó en un 9.4 por ciento.

Según cálculos del banco suizo UBS, las remesas caerían un 10.3 por ciento en el 2009, a la espera de una mejora en el consumo de los estadounidenses, lo que echaría a andar de nuevo la maquinaria económica del país vecino e impulsaría la creación de empleos.

"Sobre todo en el sector de la construcción, que da trabajo a buena parte de los mexicanos en Estados Unidos", explicó Gabriel Casillas, analista para México y Chile de UBS.

En julio, la confianza del consumidor estadounidense cayó a 46.6 desde 49.3 en junio, mientras que el gasto en construcción subió un 0.3 por ciento en junio.

La baja en las remesas ha afectado el consumo y la balanza de pagos de México, en momentos en que el peso ha perdido casi una cuarta parte de su valor frente al dólar desde el año pasado, aunque esto ha beneficiado a quienes reciben dólares desde el exterior.

(1 dólar=12.90 dólares)