Actualizado 04/08/2009 15:21

Geithner exige a reguladores EEUU que apoyen reforma financiera

NUEVA YORK (Reuters/EP) - El secretario del Tesoro de Estados Unidos Timothy Geithner lanzó duras advertencias a los reguladores estadounidenses, e incluso utilizó improperios, para que dejen de lado discusiones menores y respalden el plan de reforma de las normas financieras del presidente Barack Obama, dijo el lunes una persona familiarizada con el tema.

Geithner mantuvo una tensa reunión de una hora de duración el viernes con el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Ben Bernanke, la presidenta de la Comisión de Valores (SEC, por sus siglas en inglés), Mary Schapiro y la presidenta de la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC, por sus siglas en inglés) Sheila Bair.

En el encuentro, el jefe del Tesoro les dijo que tenían que poner fin a las recientes críticas públicas del plan y también dejar de expresar sus preocupaciones por su potencial pérdida de autoridad.

El diario The Wall Street Journal, que fue el primero en informar sobre la reunión en un artículo difundido el lunes por la noche, dijo que Geithner expresó su frustración por el lento progreso del plan, y dijo a los reguladores: "ya basta".

Citando a personas familiarizadas con el encuentro, el diario también afirmó que el responsable del Tesoro dijo obscenidades y asumió una postura agresiva.

Un portavoz del Tesoro, Andrew Williams, dijo que Geithner fue firme en su mensaje.

"Nosotros planeamos este encuentro como un lugar para entregar un mensaje duro a los reguladores, de que deberíamos trabajar juntos para lograr la reforma, y enfocarnos menos en proteger cada uno su territorio", dijo Williams.

Los portavoces de la Fed, la SEC y la FDIC no devolvieron inmediatamente los llamados para ofrecer comentarios.

En junio pasado, Obama reveló un plan de reforma de las regulaciones, a veces llamado el más amplio desde la década de 1930.

Entre otras cosas, el plan daría a la Fed mayores atribuciones, concedería al Gobierno más poder para intervenir en compañías en problemas y crearía una nueva agencia para supervisar las finanzas del consumidor.

Sin embargo, muchos bancos grandes y grupos sectoriales han criticado el plan, al igual que algunos reguladores, preocupados de que cualquier redistribución del poder reduzca el propio.