Actualizado 26/08/2009 22:48

Gobierno argentino critica huelga productores agro

Por Nicolás Misculin

BUENOS AIRES (Reuters/EP) - El Gobierno argentino criticó el miércoles el anuncio de una huelga agropecuaria y ratificó que no retrocederá en un veto a beneficios para el sector que enfureció a los productores, aunque se manifestó abierto a un diálogo con la dirigencia rural.

El paro de los productores, que comenzará el viernes y durará ocho días, marca un nuevo capítulo de una agria disputa sobre la política para el sector que ha debilitado a la presidenta Cristina Fernández y a la economía de uno de los mayores exportadores mundiales de alimentos.

La protesta tiene lugar en un momento en que el comercio de granos del país es reducido por la lejanía de la época fuerte de cosecha -en mayo para la soja, el mayor cultivo del país-, pero podría afectar la operación de algunos pequeños exportadores.

"Al paro yo no le encuentro asidero, con todo el respeto que me merecen (los productores agrarios). No se comprende con claridad cuál es el objetivo que se está siguiendo con un paro de estas características", dijo a periodistas el jefe de Gabinete de ministros, Aníbal Fernández.

La huelga, que paralizará la comercialización de granos y carne, fue lanzada después que la presidenta vetó un beneficio fiscal para productores golpeados por una feroz sequía.

"Estamos defendiendo al productor, estamos defendiendo a los pueblos del interior", aseguró Ulises Forte, vicepresidente de la Federación Agraria Argentina, una de las cuatro entidades que lanzaron la huelga.

El beneficio vetado, que eximía a productores de la provincia de Buenos Aires de pagar el impuesto a las exportaciones, había sido votado en el Congreso, incluso por legisladores oficialistas, pero el Gobierno dijo que fue aprobado por "error".

"Excluir algo que va a generar elusión o evasión, excluir algo que es discrecional respecto de otras provincias, excluir algo que desfinancia a nuestro sistema jubilatorio, yo creo que está fuera de todo cuestionamiento", dijo la ministra de Producción, Débora Giorgi, a una radio local.

La funcionaria contestó reclamos de dirigentes rurales sobre el veto, asegurando que el Gobierno está dando soluciones a los reclamos del sector, como en el caso de la ley de Emergencia Agropecuaria votada por el Congreso, que pese a la anulación parcial sigue otorgando otros beneficios.

La tirante relación entre el agro y el Gobierno se había tensado más la semana pasada, cuando el Congreso renovó la facultad del Poder Ejecutivo de fijar los impuestos a las exportaciones, pero el veto fue para los agricultores -que se quejan de las intervenciones del Estado en los mercados- la gota que rebalsó el vaso.

Tras ser impulsada en la apertura por la próxima protesta de los chacareros argentinos, la soja caía el miércoles en el mercado de Chicago, debido al clima favorable para los cultivos de Estados Unidos -el mayor exportador mundial-, el alza del dólar y la baja del petróleo.

EXPORTACIONES

La medida de fuerza podría afectar parcialmente las exportaciones de granos de Argentina, uno de los principales proveedores de soja, maíz, trigo y carne del mundo. De todos modos, las procesadoras cuentan en su mayoría con reservas suficientes para cumplir los embarques programados.

"En el caso del exportador de granos, ahí puede tener algún problema, sobre todo si no tiene puerto propio. En esos casos podría haber algún impacto, tendrá que reprogramar el embarque", señaló a Reuters Alberto Rodríguez, director ejecutivo de CIARA-CEC, la cámara que agrupa a los procesadores y exportadores de granos.

"No percibo una situación crítica en la mayor parte del sector. Que alguna podría tener alguna parada, podría pasar, pero como sector una semana (de huelga) es superable. Si se prolonga más tiempo, entonces sí", añadió.

"Sólo unos pocos embarques de esta semana se verán interrumpidos, pero no resultará una situación extremadamente complicada" para Argentina, dijo Fabio Trigueirinho, secretario ejecutivo de la asociación brasileña de procesadores Abiove.

En un gesto conciliador, el ministro Férnandez dijo que "nunca voy a decir que se va a cortar el diálogo" con el sector agropecuario.

Sin embargo, los dirigentes rurales desconfían de los llamados del Gobierno, ya que las extensas conversaciones que mantuvieron con funcionarios desde el año pasado para solucionar los problemas del sector no rindieron ningún fruto.

Este año "llamaron al diálogo, también fracasó ese diálogo (...) no se discutía en serio la verdadera problemática del sector", aseguró Forte.

En el 2008, los paros comerciales y cortes de rutas de los productores, que protestaban contra un alza impositiva a las exportaciones de soja, sumergieron al Gobierno en una crisis política y afectaron la marcha de la economía doméstica.

Las protestas también paralizaron las exportaciones de granos del país, repercutiendo en los principales mercados internacionales de materias primas.

(Con el reporte adicional de Fiona Ortiz, Guido Nejamkis y Damián Wroclavsky en Buenos Aires y de Roberto Samora en Sao Paulo, Editado por Magdalena Morales)