Actualizado 01/08/2009 04:32

Gobierno argentino dice reabre ventas trigo y maíz

Por Nicolás Misculin y Karina Grazina

BUENOS AIRES (Reuters/EP) - El Gobierno argentino anunció el viernes la reapertura de las exportaciones de trigo y maíz luego de una reunión con el sector rural, cargado de tensión por la fuerte disputa que los productores mantienen con la presidenta Cristina Fernández desde el año pasado.

En los últimos años, el Gobierno mantuvo restringidas las ventas externas mediante un sistema de cupos para garantizar la oferta doméstica de los cereales.

"Se decidió la apertura permanente de la exportación de trigo y el maíz", dijo el jefe del Gabinete de Ministros, Aníbal Fernández, en una conferencia de prensa.

El funcionario también explicó que el Gobierno tomará medidas para agilizar los trámites necesarios para concretar las exportaciones, pero no se tomarán medidas respecto de los impuestos a la exportación de granos, uno de los principales reclamos del sector.

"No están dadas las condiciones para reducir los derechos de exportación", dijo Fernández.

El Gobierno explicó que el hecho de realizar un recorte en los tributos golpearía a la alicaída recaudación del Estado.

Además, la ministra de Producción, Débora Georgi, dijo que por el momento el Gobierno no consideraba necesario bajar los impuestos debido a que el sector estaba recuperando su rentabilidad respecto del año pasado, ante la mejora de los precios internacionales.

La funcionaria estimó la cosecha total de granos para 2009/2010 en 96 millones de toneladas.

La convocatoria a los dirigentes agrarios se produjo luego de la derrota electoral del oficialismo en los comicios legislativos de fin de junio, que llevó a la presidenta -criticada a diario por su intransigencia- a abrir el diálogo con la oposición y con los distintos sectores de la economía.

Argentina es el mayor exportador mundial de derivados de soja y el tercero de granos de la oleaginosa, por lo que reducir el impuesto al cultivo, del 35 por ciento actual a un 25 por ciento, como pide el sector, implicaría una pérdida de miles de millones de dólares para el Estado.

El año pasado, los productores realizaron huelgas comerciales, bloqueos de rutas y masivas manifestaciones contra el aumento impositivo impulsado por el Gobierno, que quedó envuelto en una crisis y debió retroceder con el alza.

Los cortocircuitos con el sector continuaron y el diálogo se limitó desde entonces a aspectos técnicos o secundarios.