Actualizado 12/08/2009 22:20

Gobierno facto Honduras fortalecido ante tibia presión

Por Fabián Andrés Cambero

TEGUCIGALPA (Reuters/EP) - Con el paso del tiempo, el Gobierno de facto de Honduras luce fortalecido, con el fustigamiento interno y externo sin fuerza suficiente para evitar que finalice el período de transición que se planteó hasta que asuma un nuevo presidente en enero del 2010.

Después de 40 días en el poder, la administración interina de Roberto Micheletti que se instaló tras el derrocamiento del presidente Manuel Zelaya se muestra poco receptiva a pactar una salida a la crisis, al tiempo que la comunidad internacional no logra una vía efectiva para presionar por cambios en el país centroamericano.

"Este Gobierno está fortalecido desde el primer día", afirmó recientemente Micheletti, quien pidió no dejarse engañar por quienes buscan hacer ver que el país está en caos.

Aunque partidarios de Zelaya han protagonizado protestas en todo el país, que han dejado al menos dos muertos, la tensión ha cedido y las manifestaciones son intermitentes, mientras los empresarios, la iglesia y los otros poderes avalan la "sustitución presidencial" comandada por Micheletti.

"Ellos están jugando a que el tiempo pase y poder ir avanzando y concluir en enero del otro año", dijo el analista político local Efraín Díaz, quien agregó que la situación sólo podría cambiar con presiones externas realmente contundentes.

Sacado del país a punta de fusil el 28 de junio, Zelaya ha realizado periplos regionales buscando apoyo de mandatarios y organismos regionales, que mayormente sólo han respaldado las negociaciones de paz lideradas por el presidente costarricense, Oscar Arias, y promovidas por la OEA.

La Organización de Estados Americanos (OEA) suspendió a la empobrecida nación a inicios de julio y hasta ahora busca infructuosamente mantener vivo el Acuerdo de San José, propuesto por Arias, que incluye la restitución de Zelaya.

Días atrás, el Gobierno de facto desafió a la OEA al rechazar la presencia de su secretario general, José Miguel Insulza, como miembro de una misión mediadora de cancilleres, lo que obligó a posponer su visita. Sólo permitió que fuera observador en los nuevos intentos de diálogo.

SIN PRESIONES

Mark Ruhl, especialista en Honduras del Dickinson College en Estados Unidos, consideró que la OEA y otros organismos internacionales no tienen la fuerza para lograr una capitulación del Gobierno interino, pero tampoco lo tienen los partidarios del gobernante.

"Zelaya tiene un apoyo popular significativo pero no con la amplitud o intensidad para crear un fuerte insurrección armada como para desafiar a la fuerza militar y la policía", opinó.

Muchos coinciden en que solamente Estados Unidos, mayor socio comercial del país, tiene el poder suficiente para ahogar la intransigente posición de Micheletti.

Pero el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, cegó las esperanzas al decir que Washington no tomará medidas unilaterales contra Honduras y calificó de hipócrita que algunos líderes lo emplacen a tomar acciones más enérgicas.

"Los mismos que dicen que Estados Unidos no ha intervenido suficiente en Honduras es la misma gente que dice que estamos siempre interviniendo y que los yanquis deben salir de América Latina", dijo esta semana en una cumbre con México y Canadá.

Solamente el izquierdista presidente venezolano Hugo Chávez, aliado de Zelaya, ha aplicado medidas como la suspensión de envíos petroleros; mientras que organismos multilaterales como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo han congelado las entregas de recursos al país.

Pero el Gobierno interino confía en que podrá sortear la merma en sus recursos hasta entregar el poder a quien resulte electo en los comicios programados para noviembre.

Y aunque la comunidad internacional ha dicho que no reconocerá los resultados mientras permanezca el Gobierno de facto, el cronograma electoral continúa y los candidatos, tratando de sortear la crisis, se preparan para el inicio de la campaña a finales de agosto.

La directora para las Américas del Centro Carter, Jennifer McCoy, consideró que continuar el mandato interino crearía una situación ambigua y una parte de la comunidad internacional desconocería los resultados.

"Es un escenario posible que el Gobierno actual seguiría, pero me parece que la comunidad internacional va a seguir haciendo demandas", explicó.

En tanto, las calles de la capital muestran calma y algunos están resignados a que Micheletti se mantenga los escasos cinco meses que restan del período presidencial, a la vez que mantienen la esperanza de que las elecciones ayuden a terminar el convulsionado capítulo en la vida hondureña.

Incluso el propio Zelaya ha suavizado sus palabras. Aunque inicialmente consideraba indiscutible su regreso a la presidencia, ahora alega que no es un asunto personal y lo importante es promover reformas para dar más poder al pueblo.

Zelaya fue sacado del poder por quienes lo acusaron de violar la Constitución al promover una consulta para reformar la carta magna, lo que allanaría el camino a la reelección.

(Por Fabián Andrés Cambero, editado por Silene Ramírez)