Actualizado 21/09/2009 02:37

Juanes canta ante un millón por paz Cuba-EEUU

Por Esteban Israel y Nelson Acosta

LA HABANA (Reuters/EP) - El rockero colombiano Juanes intentó sacudir el domingo cinco décadas de parálisis política entre Cuba y Estados Unidos con un polémico concierto para un millón de personas en la capital cubana.

Su concierto "Paz Sin Fronteras" en la Plaza de la Revolución de La Habana llegó en directo a los televisores de los exiliados cubanos en Miami, a 370 kilómetros de allí pero hasta ahora a años luz de distancia ideológica.

"Vinimos a Cuba por amor", dijo Juan Esteban "Juanes" Aristizábal a una delirante multitud vestida igual que él de blanco, el color de la paz.

"Vencimos el miedo para estar aquí con ustedes esta tarde y nosotros esperamos que ustedes también lo puedan vencer (...) venzamos el miedo y podamos llegar a entender lo importante que es cambiar el odio por amor", dijo el músico de 37 años, que vive en Miami y recibió amenazas por su proyecto.

Juanes ha dicho que esperaba impulsar con sus cinco horas de música el diálogo entre Cuba y Estados Unidos, dos naciones peleadas desde la revolución que llevó a Fidel Castro al poder en 1959 y aún sin relaciones diplomáticas.

Pero su entusiasmo recibió una tibia respuesta del presidente Barack Obama, que consultado por la cadena Univision si apoyaba el show dijo: "El Gobierno estadounidense no es promotor de conciertos".

Tras semanas de polémicas y hasta amenazas, apenas un puñado de exiliados de línea dura se manifestaron contra el concierto en la Calle Ocho, el corazón de la Pequeña Habana en Miami.

Uno de ellos arrojó un disco del músico colombiano contra un automóvil en marcha desde el que una mujer gritó "!Viva Juanes!".

Juanes, ganador de 17 premios Grammy Latino, dedicó una canción sobre los secuestrados de la guerrilla colombiana "a todos los aquellos que están privados de su libertad, donde quiera que estén".

El concierto del domingo fue apoyado por disidentes y presos políticos en Cuba, que vieron en él una oportunidad para la reconciliación.

ROCK Y SOL

Pero el ruido político parecía traer sin cuidado a muchos cubanos, atraídos por el mayor evento no oficial desde la misa que el papa Juan Pablo II celebró hace una década en el mismo lugar ante unas 800.000 personas.

"Esto no tiene nada que ver con el comunismo ni capitalismo. Quien está contra de este concierto, está contra de que los cubanos pasemos un buen rato", dijo José Antonio Suárez, un pintor de 49 años que durmió en un aparcamiento para asegurarse un buen lugar en la Plaza de la Revolución.

Juanes reclutó para su concierto a 14 músicos, entre ellos la merenguera portorriqueña Olga Tañón, el cantante español Miguil Bosé, el italiano Jovanotti, al cubano Silvio Rodríguez y la banda de salsa Los Van Van, entre otros.

El recital permitió también a los cubanos ver en vivo algunos de sus artistas de la diáspora, como los raperos Orishas racicados en Europa o CuCu Diamantes y Hierba Buena que llegaron de Estados Unidos.

El concierto financiado por los músicos con 300.000 dólares de sus propios bolsillos, fue realizado a plena luz del día por falta de presupuesto para importar luces.

El público resistió estoicamente cinco horas de concierto bajo el sol abrasador del Caribe. Varias personas se desmayaron.

DIPLOMACIA DEL POP

No está claro qué impacto tendrá su diplomacia del pop sobre Cuba y Estados Unidos.

El concierto "Paz Sin Fronteras" llega en momentos de cierta distensión bajo Obama, que eliminó las restricciones para que los estadounidenses visiten y manden dinero a sus familiares en Cuba.

Pero el acercamiento de los dos viejos enemigos de la Guerra Fría parece trabado por demandas hasta el momento insuperables: Estados Unidos exige mejoras en derechos humanos y Cuba el levantamiento del embargo comercial de casi medio siglo.

"Lo que yo quisiera ver es una Cuba que comience a demostrar que quiere alejarse de algunas de las prácticas antidemocráticas del pasado", dijo Obama a la cadena Univisión.

Juanes apuesta sin embargo al poder de la música, una pasión compartida por los cubanos de ambas orillas.

"A pesar de que todos somos distintos y pensamos distinto, estamos acá tranquilos y disfrutando. Ese es el mensaje", dijo el domingo.