Actualizado 14/08/2009 22:46

Lugo debe forjar alianzas para avance reformas Paraguay

Por Daniela Desantis

ASUNCION (Reuters/EP) - El presidente de Paraguay, Fernando Lugo, iniciará el sábado su segundo año de mandato con el desafío de forjar alianzas políticas en pro de una mejor gobernabilidad que le permita avanzar en prometidas reformas socialistas y evitar una escalada de tensiones.

Lugo rompió hace un año con la hegemonía de más de seis décadas del conservador Partido Colorado con la promesa de un cambio enfocado en los sectores más desposeídos, pero ha tenido problemas para gobernar con un Poder Judicial hostil y un Congreso de mayoría opositora que traba sus iniciativas.

El ex obispo católico de 58 años, que se declara socialista y se ha acercado a Gobiernos de izquierda como los de Bolivia, Ecuador y Venezuela pero mantiene un discurso moderado en el país, avanzó en políticas sociales en el ámbito de la salud y en el combate a la corrupción en entidades estatales.

Pero, no consiguió llevar adelante grandes reformas en el campo económico, en medio de una marcada recesión, ni logró avanzar en la consolidación de un bloque político que respalde sus iniciativas y garantice la gobernabilidad.

"Estamos hablando de una situación de crisis pero no sólo del Poder Ejecutivo sino de la estructura del Gobierno (...) y si continuamos en esta línea nos dirigimos a una situación de mayor tensión", dijo a Reuters el sociólogo y analista político José Nicolás Morínigo.

Durante el año que pasó, Lugo enfrentó más de 200 manifestaciones según la policía. Aunque algunas respaldaron las políticas del Gobierno, las de mayor envergadura exigieron el cumplimiento de reformas prometidas por el gobernante.

"El tiene todavía un margen importante de grado de aceptación de la población lo cual es satisfactorio para enmendar errores y avanzar en un camino diferente", dijo el sociólogo Raúl Fernández, director del departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Católica de Asunción.

"Sólo si establece una concertación va a resolver los desacuerdos para poder avanzar los cuatro años que le quedan de gestión tratando de cambiar estructuras", agregó.

El mismo Lugo parece estar consciente de la situación y está negociando un "acuerdo democrático" con el Congreso, de mayoría opositora, en un intento por superar las diferencias. Pero, esta semana postergó su firma y dijo que el contenido no concordaba con lo que calificó como "nuestra mirada esencial del concepto democrático".

El acuerdo debía ser firmado por los titulares de los tres poderes del Estado y de los partidos políticos con representación parlamentaria y era visto como un primer paso para consensuar una agenda común con el Ejecutivo.

INSATISFECHO

En una encuesta elaborada por el Instituto de Comunicación y Arte (ICA) sobre la gestión del Gobierno, la imagen del presidente es calificada como buena por cerca de un 50 por ciento, similar a la de un sondeo anterior revelado al cumplirse 100 días de Gobierno.

No obstante, cerca de un 50 por ciento calificó la labor del presidente como buena o muy buena, contra un 23,4 por ciento de quienes la consideraron mala o muy mala y un 21,6 por ciento que la definió como regular.

El sondeo dijo que un 52,5 por ciento de los entrevistados no ve un panorama más alentador para lo que resta del año.

"Creo que uno de los problemas más importantes de Lugo es el crecimiento de la pobreza y el desempleo; el deterioro de la calidad de vida del paraguayo", dijo Enrique Chase, quien dirigió la encuesta del ICA.

"Lugo era la esperanza más importante que tenía el desprotegido, pero, al llegar al poder, tampoco ofrece una perspectiva de Gobierno favorable para esta gente", agregó.

Otro sondeo que será publicado el sábado muestra un aumento entre quienes consideran al Gobierno de Lugo como un mal gobierno y una caída en quienes lo califican de bueno.

Su popularidad se vio golpeada por el escándalo que se desató en abril cuando Lugo asumió la paternidad de un niño de dos años concebido cuando todavía era obispo. No obstante, repuntó tras la exitosa negociación ante Brasil por el pago de la energía de la binacional Itaipú, que triplicará los beneficios para el país.

Al evaluar su gestión, Lugo dijo sentirse insatisfecho por no haber cumplido objetivos trazados, aunque destacó logros significativos como la negociación de Itaipú y mencionó como obstáculos la crisis económica global y una sequía que mermó la producción agrícola.

"Hubo logros importantes pero también quedamos insatisfechos (...) es cierto que no hubo cambios radicales, pero sí procesuales", dijo en una entrevista publicada el viernes por el diario ABC.