Por Esteban Israel
LA HABANA (Reuters/EP) - La liberación del envío de remesas desde Estados Unidos a Cuba abaratará el elevado costo financiero de los giros y reforzará la inyección de más de 600 millones de dólares que la deprimida economía de la isla recibe anualmente de sus emigrantes en ese país.
Expertos dijeron que las medidas adoptadas el jueves por el Gobierno del presidente Barack Obama abren la puerta a futuras transferencias bancarias directas entre dos países enfrentados desde la revolución que llevó a Fidel Castro al poder en 1959.
"Al no haber ninguna restricción y ante la perspectiva de enviar remesas mediante una transferencia directa entre cuentas bancarias, espero un significativo aumento de las remesas", dijo Phil Peters, un experto en Cuba del Lexington Institute en Washington.
Hasta ahora los estadounidenses podían enviar un máximo de 1.200 dólares al año a sus familiares en Cuba y visitarlos una vez cada tres años.
Aún con esas limitaciones, los cubanos residentes en Estados Unidos enviaron unos 623 millones de dólares a la isla en el 2008, según un informe del centro de estudios Inter-American Dialogue en Washington.
"Actualmente el 50 por ciento de los cubanos envían remesas desde Estados Unidos. Sin embargo, el número puede crecer aún más en el futuro cercano en la medida que la intermediación de envíos aumente", dijo a Reuters el director del estudio Manuel Orozco.
El potencial es alto, aún en medio de una crisis financiera que podría reducir el volumen de las remesas. Las visitas de cubano-estadounidenses aumentaron un 20 por ciento desde que Obama anunció en abril que eliminaría las sanciones, según fuentes de la industria.
MENOS COSTO
La liberación de los viajes y envíos de remesas reduciría el costo financiero de las transferencias a Cuba, una de las más caras de la región con una comisión del 17 por ciento de acuerdo con el estudio del Inter-American Dialogue.
"El cambio en restricciones contribuiría a reducir los costos de envío", dijo Orozco.
"Los cubanos han manifestado la intención en enviar dinero por vías formales de giro para responder a las necesidades de sus familias, especialmente en este período económico por el que Cuba está pasando", explicó.
Las restricciones impuestas durante la administración del presidente George W. Bush hicieron que un 46 por ciento de los cubano-estadounidenses enviara sus remesas por canales informales como los viajeros o "mulas", cuya comisión ronda el 13 por ciento.
Orozco dijo, sin embargo, que una reducción significativa de los costos dependerá de las autoridades cubanas, que monopolizan el pago en destino y gravan el cambio de dólares con una tasa de hasta 20 por ciento.
La eliminación de las restricciones aumentará la competencia en un mercado donde según el estudio del Inter-American Dialogue, la empresa Western Union canaliza un 65 por ciento del dinero.
"Hay al menos 10 empresas listas para entrar al negocio en el momento que su permiso les sea concedido" por el Departamento del Tesoro, dijo Orozco.
INVIRTIENDO EN EL FUTURO
El dinero que envíen los emigrantes podría inyectar dinamismo en la deprimida economía cubana, que vio caer dramáticamente sus ingresos de divisas por culpa de la crisis internacional.
"Esto va a ser muy bueno para nuestra economía, que está por el piso. La gente va a poder venir más a menudo y mandar más dinero", dijo Angela, una ama de casa con un hijo y varios hermanos en "el otro lado", como muchos en Cuba se refieren a Estados Unidos.
Según Peters, del Lexington Institute, la novedad es que en el futuro las remesas irán más allá de cubrir las necesidades básicas.
"El presidente Obama está permitiendo que los cubanos estadounidenses inviertan en sus familias. Que envíen dinero para ayudarlos a comprar herramientas para empezar pequeños negocios, comprar automóviles, mejorar sus casas e incluso comprar nuevas casas", dijo.
En Cuba el Estado controla más del 90 por ciento de la economía. La iniciativa privada es limitada y los mercados inmobiliario y de automóviles restringidos.