Actualizado 21/08/2009 17:23

México fortalecería finanzas con impuesto y gasolinas

Por Luis Rojas Mena

MEXICO DF (Reuters/EP) - México deberá hacer más eficientes sus impuestos y subir los precios de los combustibles si quiere tapar el enorme déficit fiscal que sufrirá en el 2010, cuando la economía comenzaría a salir de la recesión en medio de una esperada baja en los precios del crudo que exporta el país.

Antes del 8 de septiembre, el Gobierno del presidente Felipe Calderón debe enviar al Congreso el proyecto de presupuesto para el 2010, que incluirá una iniciativa de reforma fiscal de la que no ha dado detalles, pero que buscará reforzar la recaudación tributaria mexicana, una de las más bajas de Latinoamérica.

La falta de detalles generó especulaciones entre analistas, legisladores y empresarios sobre el contenido de la reforma, pero ante un menor respaldo político en el Congreso luego de haber perdido diputados en las elecciones, el Gobierno no propondría cambios fiscales demasiado ambiciosos.

Jugando con las cartas que ya tiene en la mesa, todo apunta a que el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, buscará reforzar el Impuesto Empresarial a Tasa Unica (IETU), que grava con un 17 por ciento a la diferencia entre los ingresos de las empresas y gastos en bienes intermedios.

El impuesto apenas entró en vigor el año pasado.

"Quieren reforzar al IETU para generar más ingresos, ese impuesto es el mejor candidato para elevar la recaudación", dijo Jimena Zúñiga, analista del banco Barclays. "Pero la pregunta que nos hacemos todos es cómo lo harán", agregó.

México, la segunda mayor economía de América Latina, está en una posición delicada y las calificadoras Standard & Poor's y Fitch han amenazado con rebajar la nota soberana del país -hoy en grado de inversión- si no mejora su posición fiscal.

Y es que en proporción al Producto Interno Bruto (PIB), México recauda casi tres veces menos que Argentina y alrededor de cuatro veces menos que Brasil.

A TAPAR EL BOQUETE

El Gobierno espera un hueco fiscal de 300,000 millones de pesos (poco más de 23,000 millones de dólares) en sus finanzas públicas del 2010, porque no va a contar con los ingresos no recurrentes -como ganancias cambiarias, coberturas petroleras y fondos de estabilización- que este año le permitieron compensar la caída en ingresos petroleros y tributarios.

Las exportaciones petroleras son la principal fuente de divisas de México, que sufre una caída en su producción de crudo y, para empeorar las cosas, ahora espera un menor precio internacional del combustible.

Para el próximo año, el Gobierno proyecta un precio de 53.8 dólares por barril para la mezcla mexicana, contra los 70 dólares el barril que garantizó este año y que ayudaron a cubrir el boquete fiscal que ya se esperaba.

El problema es que las finanzas públicas del país dependen en un 40 por ciento de los ingresos petroleros, algo que las calificadoras aseguran que no es sostenible al largo plazo.

Una medida fácil para que el Gobierno lleve más dinero a sus arcas sería elevar los precios de los bienes administrados por el Gobierno, como las gasolinas, una medida que golpearía los bolsillos de todos los mexicanos.

"Pese a que el costo político es grande para el partido oficial (...) creemos que en términos de contar con los recursos suficientes para cerrar la brecha fiscal, el Gobierno tendrá los incentivos suficientemente fuertes para aplicar un aumento a la gasolina", dijo Gabriel Casillas, analista de UBS en un reporte a sus clientes.

El banco mexicano Banamex pronostica un aumento del 12 por ciento en el precios de la gasolina para el 2010, algo que ayudaría al Gobierno a tener más recursos y amortiguar el déficit previsto en sus cuentas fiscales.

Otros analistas calculan un alza del 10 por ciento en los precios administrados, como electricidad y gas, en el transcurso de 2010, que podrían dar a las arcas del Gobierno unos 50,000 millones de dólares adicionales.

Carstens dijo que propondrá un déficit "moderado" para el 2010, que los analistas ubican entre el 1.0-1.2 por ciento del PIB, para después regresar paulatinamente en el 2012 a un equilibrio fiscal, como el que había logrado en los dos años pasados, una vez que el país se recupere de la crisis.

"Pero todo depende de la recuperación del producto interno bruto", dijo Pedro Tuesta, economista de la firma 4CAST en Washington. "Y también del contenido de la reforma, pero todo apunta de nuevo a cambios menores ya que no han soltado nada de detalles", agregó.

Para este año, el Gobierno espera un déficit del 1.8 por ciento del PIB en sus finanzas públicas, en una situación especial mientras el país transita por su peor recesión económica en varias décadas.