SAN JUAN DE SABINAS, 20 Feb. (EP/AP) -
Miles de mineros realizaron ayer un paro de 24 horas para conmemorar el primer aniversario de la explosión subterránea que costó la vida a 65 compañeros en 2006 y dejó al descubierto la falta de seguridad en las minas en México.
Así, los familiares de las víctimas celebraron una misa y se reunieron frente a las puertas de la mina carbonífera de Pasta de Conchos para exigir mejores condiciones de trabajo y la agilización de las tareas para recuperar los cadáveres. La huelga que se celebró paralelamente en el sector minero afectó las labores en minas de acero y plata en todo el país durante todo el día.
Los actos de recuerdo comenzaron cuando un grupo de afectados liberó globos blancos antes del amanecer, a la hora exacta de la explosión, las 2:15 horas de la madrugada (hora local). Cerca de 100 familiares y amigos de las víctimas realizaron una vigilia nocturna frente a Pasta de Conchos. A pesar de la huelga, las cuadrillas que trabajan para recuperar los restos de los 63 mineros que, un año después, continúan sepultados en la mina, no cesaron su actividad.
El obispo de Piedras Negras, Alonso Garza, recordó que piden "que las empresas y el Gobierno federal inviertan más recursos" en el sector minero, ya que las condiciones de seguridad "no han mejorado". Ante la falta de medidas de seguridad, las autoridades alegan que la corrupción entre los inspectores ha impedido que se cumplan los estándares internacionales.
A día de hoy, no se ha determinado la causa oficial de la explosión del 19 de febrero del 2006, que provocó la caída de la mayor parte de la mina. Los investigadores, no obstante, encontraron problemas con el sistema de ventilación y algunos obreros sostienen que los detectores de gas diseñados para cerrar automáticamente las minas en situaciones peligrosas, generalmente no funcionaban. Por ello, un fiscal estatal especial recomendó procesar por negligencia a once funcionarios e inspectores del Gobierno federal.
En este sentido, el gobernador del estado de Coahuila, Humberto Moreira, aseguró el pasado domingo que fue presionado por el entonces presidente, Vicente Fox, para encubrir a los inspectores federales y acusar a personas inocentes. Unas acusaciones a las que Fox aún no ha respondido.