Actualizado 12/08/2009 02:28

Miles de personas piden retorno Zelaya en Honduras

Por Gustavo Palencia

TEGUCIGALPA (Reuters/EP) - Ondeando banderas de Honduras y entonando temas de protesta, miles de simpatizantes del depuesto presidente hondureño, Manuel Zelaya, reclamaron el martes en la capital del país la restitución del mandatario, sacado del poder el 28 de junio.

Manifestantes marcharon varios kilómetros desde diversas localidades de la nación centroamericana hasta Tegucigalpa y San Pedro Sula para protagonizar protestas y aumentar la presión sobre el Gobierno del mandatario interino, Roberto Micheletti.

"Estos golpistas se tienen que ir, el pueblo está contra el golpe; el presidente Zelaya es el que fue electo por los hondureños, no los militares golpistas", dijo Sarahí Avilez, una empleada pública de 32 años.

Un grupo de manifestantes quemó un autobús y a la distancia se veía una columna de humo, dijeron testigos de Reuters. Mientras el grueso de la marcha se dispersaba, un grupo de manifestantes rompió vidrios de algunos restaurantes de comida rápida y encendió algunos cauchos.

Al grito de "Viva Olancho", en alusión al estado natal de Zelaya, algunos de los manifestantes lucieron el típico sombrero de ranchero que se ha convertido en el símbolo del mandatario.

"Queremos que regrese Mel", clamaban otros bajo el intenso calor que azotaba la capital hondureña mientra marchaban hacia un custodiado Palacio Presidencial.

Las negociaciones para solucionar la crisis en Honduras, la peor en América Central en las últimas dos décadas, están estancadas mientras la Organización de Estados Americanos (OEA) busca reflotar una propuesta del presidente costarricense, Oscar Arias, que contempla el retorno de Zelaya al poder.

Pero el Gobierno de facto insiste en que su regreso no es negociable y pidió una visita de alto nivel al país para que compruebe la realidad del país.

Sin embargo rechazó la presencia en una planeada misión de cancilleres de la OEA del secretario general, José Miguel Insulza, lo que llevó a posponer la visita de la delegación.

Insulza dijo en una conferencia de prensa el martes que la delegación podría ir a Honduras a finales de la próxima semana o inicios de la siguiente, luego de una visita a ese país de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

"La OEA está dispuesta a concurrir a una serie de reuniones en Tegucigalpa para discutir sobre el acuerdo de San José. Lo único que creo que es importante agregar a esto es que naturalmente es la OEA la que fija su delegación", dijo Insulza al comentar que podría haber algunos cambios en la misión.

CONTINUA PRESION

El Gobierno interino se opone a la vuelta del mandatario, a quien expulsó a punta de pistola del país con el apoyo de las Fuerzas Armadas, gran parte del arco político y la Iglesia por supuestamente haber violado la Constitución al buscar forzar una reelección presidencial.

El golpe de Estado fue condenado por la comunidad internacional, incluido Estados Unidos, que ha venido insistiendo infructuosamente en la necesidad de que Zelaya vuelva al poder para finalizar su mandato, que termina a inicios del año próximo.

Zelaya, un aliado del izquierdista presidente venezolano, Hugo Chávez, ha estado itinerante desde que fue derrocado, pasando parte del tiempo en Nicaragua tras algunos intentos fracasados por regresar a la fuerza a Honduras.

Dirigentes zelayistas dijeron que las personas del interior del país se quedarán al menos una semana para intensificar las protestas, pernoctando en centros educativos y otros espacios.

Además amenazaron con acciones de bloqueo contra empresas que apoyan al Gobierno interino.

A la concentración de "zelayistas" se unió la familia del presidente depuesto, así como estudiantes y educadores de la capital.

"No podemos permitir que una dictadura prevalezca en nuestro país", acotó Xiomara de Zelaya, esposa del gobernante.

Las marchas pudieron entrar sin problemas a Tegucigalpa y San Pedro Sula, la segunda mayor ciudad de Honduras, a pesar de los temores de manifestantes de que los militares y la policía obstaculizar su paso.

A pesar de que las manifestaciones a favor o en contra de Zelaya han sido mayormente pacíficas, las fuerzas se seguridad reprimieron algunas protagonizadas por seguidores del mandatario depuesto, dejando al menos dos muertos.