Actualizado 18/09/2009 22:19

Mineras retoman planes en Perú, alertas por conflictos

Por Teresa Céspedes y Dana Ford

AREQUIPA, Perú (Reuters/EP) - Las mineras en Perú, uno de los mayores productores mundiales de metales, están desempolvando planes y retomando inversiones postergadas en medio de la crisis, pero sus nuevos bríos serían frenados por conflictos con comunidades aledañas a sus proyectos.

Las compañías, que en los próximos ocho años invertirían unos 25.000 millones de dólares en el país, están alentadas por la recuperación en los precios de los metales, que ha sido interpretado como otra de las señales de que la crisis global podría estar quedando atrás.

"El ánimo para dar el paso siguiente de inversión minera está en el ambiente. Hay optimismo, hay ganas de regresar a trabajar, de reabrir los proyectos, de hacer más minería", dijo a Reuters el presidente de la Sociedad de Minería, Hans Flury.

Flury afirmó que si bien el temor a la crisis global -que desplomó los precios de los metales- obligó a fines del año pasado a los empresarios a abandonar sus exploraciones o poner en espera sus proyectos, el panorama ahora es otro.

"Los precios de los metales se han recuperado de una forma muy interesante, el oro y la plata han mejorado mucho, el cobre se ha recuperado y el zinc y plomo, conforme nos convensamos de que la crisis ya se fue y la industria arranque, van a ser requeridos (los proyectos)", explicó.

Esta semana grandes empresas anunciaron en la 29 Convención Minera Perumin, realizada en la ciudad sureña de Arequipa, fuertes inversiones para desarrollar sus proyectos.

Xstrata Copper anunció una inversión de 5.100 millones de dólares para desarrollar sus proyectos cupríferos Las Bambas y Antapaccay, en los Andes del sur del país, mientras que Anglo American anunció una inversión de hasta 3.000 millones de dólares en su proyecto de cobre Quellaveco, también en el sur.

Estos proyectos empezarían a operar entre el 2012 y 2014.

En tanto, Chinalco, la tercera productora de aluminio del planeta y la segunda cuprífera de China, dijo que "está avanzando rápidamente" su proyecto de cobre Toromocho de 2.200 millones de dólares en la región andina de Junín para comenzar a producir en el cuarto trimestre del 2012.

"Esto hace algunos años habría sido impensable y ponen al Perú como punto de inversión muy atractivo", dijo el ministro de Energía y Minas, Pedro Sánchez.

PROTESTAS SOCIALES

El vicepresidente de Newmont en Sudamérica, Carlos Santa Cruz, dijo que la inversión en Perú se fue reduciendo desde antes de la crisis hasta caer el año pasado en un 15,5 por ciento por "las dificultades sociales y políticas para invertir nuevos proyectos".

Estas dificultades son las demandas de mayores fondos y beneficios para la población, que quiere ser parte del progreso que trae la inversión, explicó Santa Cruz.

"Hay una correlación directa entre mayor cantidad de inversión y mayor cantidad de conflictos", señaló.

El ejecutivo explicó que las comunidades confunden los programas sociales de las firmas con el rol del Estado, ausente por años en zonas remotas del país y que en muchos casos son ricas en metales e hidrocarburos.

En Perú, cuya economía creció un 10 por ciento en el 2008, la pobreza toca al 36 por ciento de su población. En las zonas rurales o andinas la pobreza golpea a un 60 por ciento.

"Vemos con preocupación que estas demandas que se generan tienen expresiones de violencia (...) y esto tiene que cambiar o de lo contrario el desarrollo de los proyectos va ir con lentitud y el avance de la inversión no va ir a la velocidad que debería", agregó.

El presidente de Chinalco en Perú, Gerald Wolfe, dijo que "las protestas sociales son el más grande riesgo" que tiene Perú. "No veo que se detengan pronto", agregó.

Según autoridades del sector, la paradoja es que existen más conflictos sociales en zonas donde hay presencia de minería formal, mientras que en los lugares donde hay minería informal, usualmente más contaminante, los conflictos son casi nulos.

Otro "foco importante de riesgo" para algunos mineros son las elecciones regionales del 2010 y las presidenciales del 2011, debido a que las relaciones entre las empresas y las comunidades podrían politizarse con líderes que pondrían intereses personales sobre el de los pobladores.

"Estos líderes podrían tratar de alentar una agenda política con un contenido, en muchos casos antiminero", dijo el jefe de Gold Fields en Perú, Juan Luis Kruger.