Actualizado 26/08/2009 16:55

Mtro. argentino dice abierto a diálogo con agro, rechaza huelga

BUENOS AIRES (Reuters/EP) - El Gobierno argentino dijo el miércoles que está abierto a dialogar con productores rurales que entrarán en huelga esta semana, pero ratificó que no retrocederá en la anulación parcial de una ley que contemplaba beneficios al agro, cuyo veto enfureció al sector.

La huelga comercial de los agricultores comenzará el viernes por una semana y marca un nuevo capítulo de una agria disputa sobre la política para el sector, que ha debilitado al Gobierno de la presidenta Cristina Fernández y a la economía de uno de los mayores exportadores mundiales de alimentos.

"Al paro yo no le encuentro asidero, con todo el respeto que me merecen (los agricultores). No se comprende con claridad cuál es el objetivo que se está siguiendo con un paro de estas características", dijo a periodistas el jefe de Gabinete de ministros, Aníbal Fernández.

La huelga, que afectará la comercialización de granos y si se extiende podría perjudicar las exportaciones, fue lanzada después que la presidenta vetó un beneficio fiscal para productores golpeados directamente por una sequía. Ese beneficio había sido aprobado en el Congreso, incluso por legisladores oficialistas.

Pero el ministro Fernández dijo que "el veto era inexorable, porque (la ley aprobada) era de imposible cumplimiento", sugiriendo que podrían producirse casos de elusión de tributos si se eliminaban impuestos a la exportación desde zonas afectadas por la sequía.

"¿Cómo se determinaría quien sufrió la sequía? Inteligentemente hay que vetarlo por el interés de todos los argentinos", dijo el ministro, agregando que "nunca voy a decir que se va a cortar el diálogo".

La tirante relación entre el agro y el Gobierno se había tensado más la semana pasada cuando el Congreso renovó la facultad del Poder Ejecutivo de fijar los impuestos a las exportaciones, pero el veto fue para los agricultores la gota que rebalsó el vaso.

En el 2008, los paros comerciales y cortes de ruta de los productores, que protestaban contra un alza impositiva a las exportaciones de soja, sumergieron al Gobierno en una crisis política y afectaron la marcha de la economía doméstica.

Las protestas también paralizaron las exportaciones de granos del país, repercutiendo en los principales mercados internacionales de materias primas.