Actualizado 14/08/2009 22:07

Pese a críticas, guardián de precios argentinos sigue

Por Kevin Gray

BUENOS AIRES (Reuters/EP) - Los empresarios lo llaman "talibán" por sus métodos radicales y su control sobre los datos oficiales de inflación es un obstáculo mayor para solucionar los problemas de financiamiento de Argentina, pero la presidenta Cristina Fernández lo apoya en su cargo.

El secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, es el encargado de desarrollar las heterodoxas políticas antiinflacionarias del Gobierno, pero el índice oficial de precios que él supervisa se convirtió en un escollo para la emisión de bonos para cumplir con las crecientes obligaciones de deuda del país.

Moreno impulsó acuerdos de precios con empresas, impuso restricciones a las exportaciones y llegó a llamar personalmente a ejecutivos para presionarlos con el fin de que bajen los precios o abastezcan al mercado doméstico.

Llevando a cabo las políticas intervencionistas del Gobierno, Moreno extendió su alcance sobre los mercados ganaderos y de granos, al tiempo que fijaba precios para alimentos, útiles escolares y combustibles.

Cuando Fernández perdió la mayoría legislativa en el Congreso en los comicios del 28 de junio, lo que derivó en algunos cambios en el gabinete, la oposición e incluso miembros del peronismo gobernante pidieron la cabeza de Moreno. Pero la mandataria lo mantuvo en su puesto.

"Desprenderse de Moreno implicaría reconocer que su política no funcionó", explicó Fausto Spotorno, economista en jefe de la consultora Orlando J. Ferreres & Asociados.

La remoción de Moreno sería una fuerte señal para los mercados financieros de que Argentina está buscando mejorar su imagen e incrementar los fondos para cubrir el bache financiero de 5.500 millones de dólares que Goldman Sachs estima que tendrá el país en el 2010.

El nuevo ministro de Economía, Amado Boudou, dijo en varias oportunidades que Argentina restaurará la credibilidad de las estadísticas económicas para volver a los mercados internacionales de crédito antes de fin de año. Pero Moreno aún no se movió.

El funcionario ya chocó con otros ministros de Economía en el pasado. Martín Lousteau, uno de los predecesores de Boudou, tuvo que dejar el Gobierno tras una pelea pública con Moreno.

"El Gobierno siente a Moreno como un símbolo y por eso le cuesta tanto revisar la conveniencia de su continuidad", dijo Alberto Fernández, jefe de gabinete hasta el año pasado.

ALTA INFLACION

La mayoría de los economistas dice que la inflación de dos dígitos sigue afectando a la economía argentina, aunque este año vivió una leve desaceleración como consecuencia de la crisis internacional.

Las cifras oficiales ubican la inflación anual en el 5,5 por ciento hasta fin de julio, pero los analistas privados consideran que el alza de precios es de al menos el doble.

Empresarios y la oposición política dicen que las tácticas de Moreno no fueron efectivas y que sólo distorsionaron la economía desde que asumió su cargo en el 2006, durante el mandato de Néstor Kirchner, el marido de la actual presidenta.

Kirchner es considerado por muchos como el ingeniero del plan económico de Cristina Fernández.

"Moreno es el soldado más relevante de Néstor Kirchner", afirmó Alberto Bernal, jefe de investigación de Bulltick Capital Markets. "Lo que haga Moreno es lo que le dice Kirchner", añadió.

Moreno raras veces aparece en público pero el sector empresario se queja de sus métodos agresivos, y varios ejecutivos dijeron a Reuters que existe la amenaza tácita de una investigación impositiva en caso de no acceder a sus pedidos.

Los empresarios, sin embargo, toleraron a Moreno durante el período de fuerte crecimiento económico que vivió el país entre el 2003 y el 2008.

"Logró parcialmente su objetivo porque es temido por los empresarios", aseguró Miguel Schiariti, presidente de Ciccra, la cámara que agrupa a los frigoríficos que abastecen al mercado doméstico.

En un país en el que muchos todavía recuerdan la hiperinflación que sacudió a la economía a fin de la década de 1980, el alza de precios es un tema de alta sensibilidad política.

Como parte de los esfuerzos del Gobierno en la lucha contra la inflación, Moreno fue designado supervisor del ente oficial de estadística (Indec) hace más de dos años.

El índice de inflación del Indec, referencial de los rendimientos de los títulos públicos, es atentamente seguido, aunque sus datos dejaron de inspirar confianza.

Algunos medios argentinos se refieren al indicador, mofándose, como el "índice Moreno".

A pesar de la presión para remover a Moreno, el Gobierno insinuó que podría permanecer en su puesto al nombrar recientemente a un aliado del polémico funcionario como director técnico del Indec.

(Por Kevin Gray; Editado en español por Nicolás Misculin y Maximilian Heath)