Por Larry Fine
NUEVA YORK (Reuters/EP) - Serena Williams no puede creer que no sea la número uno del mundo y una tercera corona del Grand Slam este año en el Abierto de Estados Unidos que comienza el lunes podría darle la razón en su reclamo de que debe aparecer en lo más alto del escalafón.
La campeona defensora Williams aparece en el segundo lugar del ranking de la WTA y la segunda preclasificada en Flushing Meadows por detrás de la rusa Dinara Safina, pero buscará alcanzar la gloria una vez más en el Estadio Arthur Ashe del National Tennis Center.
Los 11 títulos de Serena en individuales del Grand Slam, que incluyen las coronas del 2008 en el Abierto de Australia y Wimbledon, comparados con el palmarés en blanco de Safina en las citas más importantes del tenis, hacen que la jugadora local, de 27 años, aparezca como la favorita para buena parte de los tenistas y aficionados.
Entre quienes la desafiarán en Flushing Meadows aparece su hermana Venus, ganadora de siete títulos del Grand Slam y tercera cabeza de serie; la campeona olímpica rusa Elena Dementieva; la serbia Jelena Jankovic, finalista del 2008 y las ex campeonas Maria Sharapova y Kim Clijsters.
Este año la presencia latinoamericana en la rama femenina es débil, y las jugadoras de la región son encabezadas por la argentina Gisela Dulko y la paraguaya Rossana De Los Ríos.
Serena luce perdida en torneos que no son los más importantes del circuito -quedó eliminada en primera ronda tres veces en 11 torneos-, pero su nivel parece imposible de alcanzar cuando se trata de los Grand Slam.
"Aceptaría no ganar ningún torneo para ganar el Abierto de Estados Unidos de nuevo", dijo Serena sobre su actuación en la temporada de canchas duras que la vio caer en tercera ronda en Stanford y Cincinnati antes de perder en las semifinales de Toronto ante la finalmente campeona Dementieva.
LEJOS DEL "1"
Serena no llegará a lo más alto del ranking aunque gane el título una vez más en Nueva York y Safina quede afuera en la primera ronda.
Pero un nuevo éxito sería un gran paso en su carrera, ya que de ganar alcanzaría a la mítica Billie Jean King en el sexto puesto de las tenistas con más títulos en individuales en torneos del Grand Slam.
Safina no pide disculpas por estar en lo más alto del escalafón, ya que llegó allí con una consistencia de grandes resultados durante una temporada larga y rigurosa.
Este año, la rusa de 23 años ganó tres títulos, perdió en las finales del Abierto de Australia y Wimbledon, y alcanzó a las semifinales en Roland Garros.
"Yo no hago el sistema del ranking", dijo Safina. "Yo soy la número uno como resultado de la forma en que he jugado todo el año, no solamente en los cuatro torneos del Grand Slam" agregó.
Pero Jankovic, que el año pasado también llegó a lo más alto del escalafón sin una corona en uno de los grandes torneos, citó otra deficiencia de Safina.
"Para ser la número uno hay que ser completa y si eres la número uno debes ganarle a las hermanas Williams", remarcó.
Safina tiene un historial de 2-9 enfrentando a las hermanas Williams.
Entre las jugadoras jóvenes que aparecen con posibilidades de llegar a las instancias definitorias del torneo aparecen la danesa Caroline Wozniacki, la bielorrusa Victoria Azarenka, la alemana Sabine Lisicki y la polaca Agnieszka Radwanska.
Más allá de estas jugadoras, se debe poner una atención especial a Sharapova y Clijsters.
La rusa, campeona en 2006, volvió a jugar tras nueve meses alejada del circuito por una operación de hombro.
Pese a que aún tiene problemas, Sharapova alcanzó la final de Toronto, donde cayó ante su compatriota Dementieva por 6-4 y 6-3.
En tanto, la belga, ganadora en el 2005, aparece como la rival que todas las preclasificadas quieren evitar.
Clijsters, de 26 años, volvió hace menos de dos meses tras dos años alejada de la actividad por el nacimiento de su primer hijo, y le ganó a cuatro jugadoras que están entre las 20 mejores del mundo, entre ellas la campeona del Abierto de Francia Svetlana Kuznetsova, en sus dos primeros torneos.