Actualizado 11/08/2009 15:16

Programas activos tóxicos EEUU podrían requerir expansión: panel

Por David Lawder

WASHINGTON (Reuters/EP) - El Departamento del Tesoro de Estados Unidos debería considerar una expansión de los programas para sanear los activos en problemas de las hojas de balance de los bancos, dijo el martes un panel de regulación financiera.

Esto debería ocurrir en caso de que los actuales esfuerzos no logren reactivar los mercados o si empeoran las condiciones económicas.

El Panel de Supervisión del Congreso dijo en su último reporte mensual que los créditos y valores "tóxicos" siguen representando una amenaza para el sistema financiero, particularmente para los bancos más pequeños que enfrentan crecientes pérdidas sobre los préstamos de bienes raíces comerciales.

Esos bancos podrían necesitar pruebas de tensión y un respaldo de capital similares a los de las instituciones más grandes, añadió el panel.

También pidió que las pruebas de tensión para las 19 mayores instituciones se repitan si empeora la economía más allá de los peores escenarios usados en las pruebas iniciales, realizadas en abril.

Pese a la mejora de las condiciones financieras, el panel dijo que "una incertidumbre que continúa es si los activos en problemas que siguen en los balances de los bancos pueden convertirse de nuevo en el detonante de la inestabilidad".

"El Tesoro debe asegurar valores residuales y programas de créditos residuales que sean robustos, o considerar una estrategia diferente para hacer todo lo posible para reactivar el mercado de esos activos", dijo el panel.

El reporte se conoce en momentos en que el Tesoro se prepara para lanzar una versión significativamente reducida de su programa de activos tóxicos, una serie de fondos de inversión público-privados para comprar valores hipotecarios tóxicos con subsidios gubernamentales por 30.000 millones de dólares.

En octubre pasado, todo el programa de rescate financiero de Estados Unidos, por 700.000 millones de dólares, apuntaba a comprar los activos tóxicos que amenazaban con derribar al sistema financiero.

Pero debido a la complejidad del plan, y como la confianza del mercado se deterioraba rápido, el entonces secretario del Tesoro Henry Paulson cambió de rumbo velozmente y usó el dinero para inyectar capitales directamente en los bancos.