Publicado 16/11/2013 03:36

REENVÍO-ACTUALIZA 4-Enfrentamientos dejan 32 muertos, casi 400 heridos: funcionario libio

(Reenvía para corregir error tipográfico en primer párrafo)

* Libia lucha por contener poder de milicias regionales

* Enfrentamientos siguen dos años después de caída de Gaddafi

* Exportaciones de petróleo bloqueadas por los disturbios

Por Ghaith Shennib y Ulf Laessing

TRÍPOLI, 15 nov, 16 Nov. (Reuters/EP) -

- Al menos 32 personas murieron y casi 400 resultaron heridas el viernes en enfrentamientos armados entre milicianos y residentes en Trípoli, en algunos de los peores combates que ha visto la ciudad desde el derrocamiento de Muammar Gaddafi.

El primer ministro Ali Zeidan está luchando por controlar a milicias rivales, islamistas y otros ex combatientes que se rehúsan a entregar las armas dos años después de que ayudaron a derrocar a Gaddafi en una revuelta respaldada por la OTAN.

Episodios de violencia con grupos armados han bloqueado gran parte de las exportaciones de petróleo desde hace meses.

El combate del viernes, el peor que se ha visto en Trípoli en varios meses, comenzó cuando milicianos dispararon primero al aire y después contra cientos de manifestantes que exigían su expulsión de la capital, tras los repetidos enfrentamientos con otras facciones armadas por el control de diversos barrios.

Un reportero de Reuters presenció disparos desde la ubicación de la milicia hacia la multitud que gritaba "¡No queremos milicias armadas!".

Los manifestantes se replegaron en un inicio, pero volvieron fuertemente armados para atacar los edificios donde se habían escondido los milicianos, en su gran mayoría provenientes de la ciudad costera de Misrata.

Decenas de soldados en camiones militares llegaron posteriormente para intentar separar a la multitud y a los milicianos en el recinto, y cerraron los caminos para evitar que más gente armada se uniera al enfrentamiento.

Densas columnas de humo se elevaban desde el distrito Gharghur, donde muchos de los colaboradores más cercanos de Gaddafi solían vivir antes del alzamiento.

Al menos 32 personas murieron y 391 resultaron heridas, dijo un funcionario del Ministerio de Salud. Un reportero Reuters vio el cadáver de una niña de cerca de 12 años.

Zeidan denunció la muerte de los manifestantes. "La manifestación era pacífica y había sido permitida por el Ministerio del Interior, y entonces se abrió fuego contra los manifestantes mientras ingresaban al distrito de Gharghur", dijo.

Aviones de la fuerza aérea sobrevolaban para vigilar los principales caminos de Trípoli. "Queremos asegurarnos de que la milicia no traiga refuerzos", dijo el portavoz del Ejército Ali al-Sheikhi.

La agencia estatal de noticias Lana dió las cifras de víctimas en base a información obtenida en hospitales. Una fuente en el hospital central de Trípoli dijo que nueve personas habían muerto y unas 150 estaban heridas.

DESORDENES BLOQUEAN EXPORTACIONES

Bandas de milicianos y ex combatientes se han negado a entregar sus armas tras la caída de Gaddafi, lo que ha erosionado la autoridad del Gobierno central y provoca interrupciones a las exportaciones de petróleo del país miembro de la OPEP.

El primer ministro Ali Zeidan ha pedido más entrenamiento para su Ejército en el extranjero. En un episodio que puso de relieve el caos en Libia, Zeidan fue secuestrado brevemente en octubre por un grupo de milicianos que recibía su salario del Gobierno.

Los sucesos del viernes comenzaron con una manifestación pacífica de unas 500 personas que exigían la salida de los hombres armados de Misrata, que la semana pasada se enfrentaron dos veces con un grupo rival que detuvo brevemente a uno de sus miembros por conducir un vehículo sin placa patente.

Las autoridades libias intentaron controlar a las milicias poniéndolas en las nóminas de pago del Gobierno y reclutándolas para brindar seguridad en Trípoli y otras ciudades.

Sin embargo, los milicianos se mantienen leales a sus propios comandantes en vez de a las autoridades estatales y luchan para controlar áreas locales, contrabandear armas o drogas, y dirimir disputas personales.

Las huelgas y protestas armadas de milicias y tribus armadas que exigen pagos o más derechos autonómicos también han disminuido la producción de petróleo de Libia, privando al Gobierno de su principal fuente de ingresos.