Actualizado 01/07/2014 21:01

Kerry insiste en que EEUU deportará a los niños centroamericanos indocumentados


CIUDAD DE PANAMÁ, 1 Jul. (Reuters/EP) -

El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, ha declarado este martes que Washington trabajará con las naciones de Centroamérica para afrontar las causas de la crisis de inmigración, pero ha mantenido el duro mensaje de la administración de Obama de que los niños indocumentados serán deportados.

En un encuentro con líderes de Honduras, El Salvador y Guatemala, países desde los cuales decenas de miles de niños han huído hacia Estados Unidos en los últimos meses, Kerry ha dicho que "obviamente, comprenden a la gente que busca un futuro mejor", pero que "al mismo tiempo, existen normas de derecho y un proceso".

"Hay una información falsa que está siendo difundida sobre los beneficios que podrían estar a disposición de esos jóvenes que buscan una vida mejor", ha añadido.

Kerry está en Panamá con motivo de la toma de posesión del nuevo presidente del país, Juan Carlos Varela, pero ha combinado el viaje con reuniones para afrontar la crisis que está agotando los recursos de Estados Unidos y está avivando las tensiones entre los partidos en Washington.

Kerry se ha reunido con el presidente salvadoreño, Salvador Sánchez Ceren, y con el presidente guatemalteco, Otto Pérez Molina. El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, no ha asistido y ha enviado a la ministra de Exteriores, Mireya Aguero Trejo de Corrales, en su lugar.

El presidente Barack Obama explicó el lunes que enviaba a Kerry a Centroamérica para afrontar el problema, en un discurso en el que prometía actuar por su cuenta para reformar el sistema de inmigración norteamericano y proteger la frontera tras fracasar los esfuerzos para convencer a los republicanos del Congreso de sacar adelante la reforma migratoria.

VISITA DE KERRY

La visita de Kerry a la región es la segunda que se efectúa por este motivo, después de la realizada por el vicepresidente Joe Biden hace menos de dos semanas. Pero Washington también quiere que los países centroamericanos hagan más para subsanar sus economías y desde el Departamento de Estado han señalado que hasta que estas naciones no superen sus enfrentamientos y se centren en trabajar en solitario, "no van a superar estos problemas".

Decenas de miles de niños de Guatemala, El Salvador y Honduras están apareciendo ilegalmente, muchas veces sin sus padres, en la frontera de Texas. Los números podrían alcanzar los 90.000 niños este año y 150.000 el siguiente, frente a los 6.000 de 2011.

Las autoridades estadounidenses han subrayado que consideran que esta crisis es humanitaria, citando el peligro que supone para los niños el viajar miles de kilómetros de la mano de contrabandistas. Ante esto, Kerry ha declarado que "las vidas de los niños no pueden ser puestas en riesgo de esta manera".

Los republicanos estadounidenses culpan a la laxitud de la seguridad fronteriza y a los movimientos de Obama para flexibilizar las leyes de inmigración a fin de facilitar a los centroamericanos su huida de la pobreza, crimen y violencia. Por su parte, Obama culpa a los republicanos de negarse a aprobar la legislación que podría arreglar los problemas migratorios.

Entre estas leyes estaría la que pasaría por facilitar el camino hacia la ciudadanía para millones de inmigrantes indocumentados en Estados Unidos. Los activistas y algunos de los compañeros demócratas de Obama en el Congreso dicen que muchos de los niños podrían ser asilados.