CIUDAD DE GUATEMALA, 4 Sep. (Reuters/EP) -
El director del sistema penitenciario de Guatemala y un ex subdirector han sido detenidos este miércoles, acusados de complicidad en una red de corrupción que dirige el reo Byron Lima, un ex militar que cumple condena como autor del asesinato del obispo Juan Gerardi en 1998.
Los arrestos fueron ordenados por la fiscalía especial de la Comisión Internacional Contra la Impunidad (Cicig), un organismo creado años atrás por un acuerdo entre Naciones Unidas y el Gobierno para apoyar la débil justicia de Guatemala.
Lima lideraba una "red de favores" dentro de la cárcel y cobraba alrededor de 6.000 dólares por gestionar el traslado de reos a diferentes cárceles, según ha informado Iván Velásquez, comisionado del Cicig. Los ingresos eran compartidos con el director de presidios, Edgar Camargo y con quien fuera subdirector de presidios, Edy Fisher.
"Se conoció y se documentó la existencia de una red criminal de la que participa como eje central Byron Lima Oliva, quien representa para muchos de los reos la autoridad y por eso recurren a él para solicitar traslados, favores y privilegios", ha señalado el comisionado.
"Lima Oliva ejerce indudable influencia dentro y fuera del sistema penitenciario, incluso con personajes de la política y economía del país", ha añadido Velásquez, que indica que el preso posee una casa en la playa, viviendas en colonias residenciales, así como vehículos de las marcas Jaguar y BMW.
Por ello, contra Lima Oliva se iniciará un proceso por asociación ilícita, tráfico de influencias y uso de equipo móvil dentro de la cárcel. Camargo y Fisher fueron detenidos en medio de un gran operativo policial que incluyó más de una decena de allanamientos en dos zonas de la Ciudad de Guatemala desde las primeras horas de la mañana.
Lima Oliva, un ex capitán del Ejército, habría intentado fugarse de la cárcel en marzo del 2012 cuando obtuvo un permiso para supuestamente ir al dentista. Su padre, el ex coronel Byron Lima Estrada, también fue condenado por el crimen de Gerardi, pero obtuvo libertad anticipada por buena conducta.
Nunca quedó claro quiénes fueron los autores intelectuales del crimen del obispo, uno de los más sonados de las últimas décadas en la violenta Guatemala.
Gerardi fue asesinado el 26 de abril de 1998, dos días después de presentar los resultados de un proyecto de la Iglesia Católica local denominado Recuperación de la Memoria Histórica (Remhi) destinado a reconstruir mediante testimonios las atrocidades ocurridas durante la guerra civil, principalmente contra la población indígena.