Actualizado 03/05/2014 15:05

Los indígenas nahua piden lluvias a sus dioses en un rito ancestral

Graniceros de los indígenas nahua
Foto: INAH

MÉXICO DF, 3 May. (Notimérica/EP) -

   Para las culturas mesoamericanas, la observación de la naturaleza fue de vital importancia y la astronomía jugó un papel fundamental para recopilar conocimientos sobre los fenómenos atmosféricos. En la comunidad nahua de la Sierra de Texcoco, a 40 kilómetros de México DF, los llamados 'graniceros' siguen realizando un ritual cada 3 de mayo para pedir lluvia a sus dioses.

   El etnólogo David Lorente y Fernández, investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), es experto en la cultura nahua y sus rituales. "Los 'graniceros' son los intermediarios entre los pobladores de la comunidad y los seres que traen la lluvia, que producen los rayos y los fenómenos meteorológicos, los ahuaques", ha explicado.

   "Son personajes que no son visibles, viven ocultos y no es fácil acceder a ellos", ha proseguido el investigador, según ha informado el INAH.

   En la actualidad, los 'graniceros' siguen haciendo peticiones de lluvia en los restos de lo que fue un santuario prehispánico, en el que se hacían rituales muy importantes al dios de la lluvia en una fiesta que se llamaba Huey Tozoztli y que tenía lugar alrededor del 29 de abril de nuestro calendario.

   "A los 'graniceros' la gente de las comunidades los define como 'los que entienden el tiempo', el cual no tiene el mismo sentido que conocemos, aunque se refiere a un tiempo atmosférico", ha indicado el antropólogo.

   El origen de estos oradores ancestrales se remonta a la época prehispánica, donde se ubican dos personajes de los que pudieron surgir: los sacerdotes oficiales del Imperio mexicano o una especie de magos locales de los que no hay mucha información en la actualidad.

   'Los graniceros' tienen tres funciones como mediadores entre lo divino y terrenal: piden la lluvia cuando escasea, retiran las tormentas de granizo y curan a las personas que han enfermado en los manantiales.

   "Salen durante la tormenta, se colocan debajo de las nubes con una palma bendita del Domingo de Ramos, un crucifijo o a veces los dedos de la propia mano en forma de cruz. Le rezan a las nubes, donde se entiende que están los ahuaques, para pedirles el favor de que no granice en los campos que están cultivados", ha explicado Lorente y Fernández.

   Para los nahua, otra fecha importante en el calendario es el Día de los Muertos, cuando se produce el cierre de la temporada de lluvias y hay que agradecer las precipitaciones que han sido buenas para los cultivos.

   Por último, el antropólogo del INAH ha señalado que 'los graniceros' son conscientes del cambio climático, ya que han percibido una alteración meteorológica muy fuerte durante las últimas cuatro o cinco décadas.