Actualizado 13/04/2014 13:42

Los escándalos de su círculo cercan a Humala en el ecuador de su mandato

Ollanta Humala y Nadine Heredia
Foto: REUTERS

LIMA, 13 Abr. (Notimérica/EP) -    

   Los numerosos escándalos que han salpicado a su familia y a su equipo de Gobierno han terminado afectando también al presidente peruano, Ollanta Humala, cuya popularidad está en caída libre desde hace meses, a pesar de que tan solo se encuentra en el ecuador de su mandato.

   El principal factor de desestabilización para Humala, sin duda alguna, es su familia. Su mujer, Nadine Heredia, es blanco habitual de críticas por el uso abusivo del cargo de primera dama, del que se ha valido para influir en los asuntos de gobierno, a pesar de que se trata de una  institución que en Perú está desprovista de poder político real.

   La última crisis de Gobierno se atribuye precisamente a Heredia. El Congreso tuvo que realizar  hasta tres votaciones para dar su confianza al nuevo Gabinete de Humala, cuando estas  sesiones suelen ser un mero formalismo. Si bien, esta vez el Parlamento sospechaba que el nuevo primer ministro, René Cornejo, iba a ser otra marioneta en manos de la primera dama.

   Y hacía bien en pensarlo porque el anterior jefe de Gabinete, César Villanueva, confesó que había dimitido, tan solo cuatro meses después de tomar posesión del cargo, por las continuas intromisiones de Heredia. Lo que desencadenó su salida del Ejecutivo fue la polémica sobre la subida del salario mínimo.

   El Gobierno se duplicó el sueldo sin previo aviso y mediante un decreto publicado en fin de semana, lo que suscitó fuertes críticas contra el equipo de Humala. Para calmar los ánimos, Villanueva dijo que también estaban sopesando subir el salario mínimo, en general, algo que  Heredia desmintió públicamente varias veces.

   La influencia de la primera dama llega también a la bancada oficialista. Heredia ha ido escalando posiciones hasta ser nombrada presidenta interina del Partido Nacionalista de Perú (PNP), cargo que le ha valido para ejercer de coordinadora 'de facto' en el Congreso, a pesar  de que esa tarea corresponde a Malka Maya.

   A ello se suman las supuestas aspiraciones presidenciales de Heredia. Desde hace un año se especula con la posibilidad de que sea la candidata a las elecciones presidenciales que se  celebrarán en 2016, por lo que estaría usando el cargo de primera dama como plataforma política.

   Sin embargo, la actual Ley Electoral prohíbe que los cónyuges del jefe de Estado le sucedan en el cargo de forma inmediata, de modo que se ha sopesado la posibilidad de modificar esta norma jurídica, aunque, de momento, no se ha materializado.

   En medio de la polémica generada en torno a su mujer, Humala ha denunciado la existencia de "una campaña abusiva y grosera" contra ella con el supuesto objetivo de "circunscribir solamente al ámbito honorífico el cargo de primera dama y no darle peso de su trabajo".

LAS 'OVEJAS NEGRAS'

   La lista de los familiares polémicos de Humala no acaba con su mujer. Otro de sus quebraderos de cabeza desde que llegó a la Presidencia, en 2011, es su hermano Antauro, que fue condenado en 2009 a 25 años de cárcel por el 'Andahuaylazo', como se conoce a la toma en  2005 de la comisaría de la localidad de Andahuaylas con el objetivo de derrocar al Gobierno de Alejandro Toledo y restaurar la Constitución de 1979, que se saldó con seis muertos.

   Aunque el pasado de su hermano Antauro era conocido cuando Humala concurrió a las elecciones presidenciales, este episodio volvió a centrar el debate público cuando, apenas un mes después de su llegada al Gobierno, el oficialismo comenzó a tramitar una petición de amnistía desde el Congreso, que finalmente se paralizó.

   El 'Andahuaylazo' no es la única intentona golpista de Antauro. En 2000, junto a Humala y otros 69 reservistas militares, tomó la mina de Locumba para exigir la dimisión de Alberto Fujimori. No dejaron las armas hasta que el Gobierno interino de Valentín Paniagua Corazao les ofreció una amnistía.

   Además de Antauro, otro familiar del jefe de Estado ocupa estos días los titulares de la prensa. Se trata de su primo Walter Humala, una de las 28 personas que han sido detenidas desde el pasado miércoles en el marco de la operación antiterrorista 'Perseo 2014' por su pertenencia  al Movimiento por la Amnistía y Derechos Fundamentales (MOVADEF), brazo político de la guerrilla Sendero Luminoso.

   "Nadie tiene corona. Cualquier persona relacionada con estos delitos será capturada", dijo el mandatario sobre su primo, quien en una entrevista concedida en 2012 reveló que vivió dos años con la familia de Humala y mostró abiertamente su apoyo al Movadef, que pide una amnistía general a favor de los dirigentes de Sendero Luminoso.

FAMILIA POLÍTICA

   A Humala también le llegan los problemas por su familia política. En la última semana, se ha generado un gran revuelo por la designación de Carlos Ramos, primo lejano de la primera dama, como nuevo fiscal general.

   El parentesco político con el presidente no es el único motivo de crítica, ya que sobre Ramos pesa la sospecha de haber participado en irregularidades para proteger al presidente de la región de Áncash, César Álvarez, señalado por, supuestamente, haber instigado la muerte de sus adversarios políticos más inmediatos.

   Además, Ramos está siendo cuestionado por la decisión de la Junta de Fiscales Supremos de ampliar su mandato como titular de la Oficina de Control Interno de la Fiscalía, un cargo que debió haber dejado el pasado 8 de febrero, a pesar de que es improrrogable.

DESPLOME DE SU POPULARIDAD

   Todos estos casos de nepotismo -junto a otros conflictos, como el minero-- finalmente han pasado factura a Humala, que registra una de las tasas de popularidad más bajas, a pesar de que, desde el inicio de su mandato, había irradiado una imagen de cercanía con los peruanos, sobre todo con los de las clases más humildes.

   Según un reciente sondeo realizado por la Compañía Peruana de Estudios de Mercados y  Opinión Pública (CPI), la popularidad de Humala ha caído en apenas dos meses desde el 40,7 por ciento hasta el 21,2 por ciento, la cifra más baja que ha obtenido desde que asumió la Jefatura de Estado.

   Los peruanos han reaccionado de la misma forma al ser interrogados sobre la primera dama, ya que la popularidad de Heredia ha pasado del 50 por ciento registrado el pasado mes de febrero al 31 por ciento actual, mientras que su precepción negativa ha aumentado hasta el 66,4 por ciento desde el 45,8 por ciento.

   El Gobierno tampoco se libra. Asediado también por los casos de corrupción que salpican a sus miembros, sobre todo al nuevo primer ministro, el Ejecutivo registra una desaprobación del 74,5 por ciento, casi 20 puntos más que hace dos meses.