Foto: AGENCIA ANDINA
LIMA, 7 Mar. (Notimérica/EP) -
La ministra de la Mujer de Perú, Carmen Omonte, ha señalado este viernes que en el caso de que el presidente de Perú, Ollanta Humala, pidiera su renuncia, ella saldría del Ejecutivo "con la frente alta y sin ánimo de revancha".
"Soy coherente con lo que he dicho. He manifestado en todo luchar por una política limpia, pero también tengo que respetar la decisión del presidente y, si me solicita o me plantea la necesidad de salir, lo voy hacer con la frente alta y con mucha tranquilidad", ha dicho.
Omonte ha sido señalada esta semana por el portavoz del Gobierno, Sergio Tejada, quien la criticó por no haber informado sobre las concesiones mineras que poseía, pues sus intereses personales podrían interferir en sus labores como miembro del Congreso, ha informado el diario 'Perú 21'.
"Ella debió haber dicho que se encontraba en esta situación, pues existe una posible incompatibilidad, sin duda. Es evidente que en el momento en que se le invita a formar parte del Gobierno no se conocían estos hechos, sino se hubiera meditado mejor la decisión", aseguró Tejada hace unos días.
Pese a ser cuestionada por su implicación accionarial en una empresa minera y por los contratos estatales de los que se benefició su antiguo marido, Omonte ha reiterado que no presentará su dimisión y que pensaba que Humala estaría al tanto de esta situación, ya que dio esta información cuando presentó su declaración jurada ente el Congreso en su toma de posesión.
HUMALA NO SE PRONUNCIA
Por su parte, Humala no se ha pronunciado al respecto de la polémica, salvo para decir "que hay que escuchar las cosas". El presidente peruano evitó profundizar en el tema y dijo que actualmente el Gobierno trabajaba en proyectos de saneamiento y que "el resto" ya lo escucharían.
Como desde hace unos días en la política peruana, la sombra de la primera dama, Nadine Heredia, también planea sobre esta cuestión, pues algunas fuentes han señalado que la mujer de Humala estaría detrás de la posible salida de Omonte, después de que la ministra se declarara partidaria de regular el papel y las funciones de la primera dama.