Actualizado 14/09/2009 22:46

Los 36 refugiados iraníes detenidos tras los enfrentamientos en Ashraf, en estado crítico por la huelga de hambre

MADRID, 14 Sep. (EUROPA PRESS) -

Los 36 exiliados iraníes que fueron detenidos por las fuerzas de seguridad iraquíes durante los enfrentamientos que se produjeron entre los días 28 y 29 del pasado julio en el campo de refugiados de Ashraf, situado en la provincia de Diyala, en el noreste de Irak, se encuentran en estado crítico a causa de la huelga de hambre que iniciaron hace casi 50 días para protestar por su arresto.

La salud de estas 36 personas, miembros de la opositora Organización de Muyahidines del Pueblo de Irán (PMOI), está "a punto de llegar a un punto irrecuperable", ya que todos se encuentran muy débiles y tienen discapacidad visual y auditiva, denunció hoy en un comunicado la Secretaría del Consejo Nacional de Resistencia de Irán (NCRI), que agrupa a cinco grupos opositores iraníes, incluido el PMOI.

Aunque el pasado 24 de agosto un juez de la ciudad iraquí de Jalis ordenó su liberación, la Policía iraquí sigue sin obedecer esta orden, según denuncian los opositores iraníes. Algunos de los problemas que sufren los 36 detenidos se deben a las torturas y los malos tratos que han sufrido, según dicen, a manos de las autoridades iraquíes, agravados por el hecho de que a muchos no se les está brindando la atención médica necesaria.

El NCRI señaló que los funcionarios del tribunal de Jalis dijeron ayer que no pueden implementar la orden de liberación de los arrestados a causa de "intromisiones políticas". Asimismo, detallaron que el delito del que se les acusa --entrada ilegal en Irak hace 25 años-- es "un pretexto para mantenerles en cautividad", añadió el NCRI.

Según la Resistencia Iraní, la negativa a liberar a los exiliados iraníes detenidos se debe a la "descarada intervención" del Ministerio de Inteligencia y Seguridad iraní en el sistema judicial iraquí. "Es evidente" que al mantenerles en cautividad se están "satisfaciendo las demandas" de Irán, "que insiste en matarlos", subrayó el NCRI.

Por todo ello, el NCRI pidió a Estados Unidos, a la fuerza multinacional desplegada en Irak, a la ONU y a las organizaciones internacionales defensoras de los Derechos Humanos que "actúen inmediatamente para salvar la vida" de estas personas. Según el NCRI, el Ejército y la Embajada de Estados Unidos en Irak se comprometieron a proteger a los residentes del campo de refugiados de Ashraf, donde viven unos 3.400 iraníes.

Las fuerzas de seguridad iraquíes se hicieron con el control de Ashraf el 29 de julio tras enfrentarse a sus habitantes, causando la muerte de once de ellos y dejando heridos a unos 500. La organización Amnistía Internacional (AI) ha enviado una carta al primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, en la que le pide que ordene "inmediatamente" una "investigación independiente" sobre los "métodos" que usaron su fuerzas.