Actualizado 26/07/2009 04:39

ACTUALIZA5-Zelaya dice instalará campamento en frontera Honduras

Por Iván Castro y Esteban Israel

LAS MANOS, Nicaragua (Reuters/EP) - El depuesto presidente hondureño Manuel Zelaya regresó el sábado por segundo día a la frontera nicaragüense con Honduras, donde planea instalar un campamento, en un nuevo intento de presionar al Gobierno de facto para que le devuelva el poder.

Zelaya, que considera fracasada la mediación del presidente costarricense Oscar Arias para salir de la crisis ante la resistencia del Gobierno de facto de Roberto Micheletti a restituirlo en la presidencia, intentó el viernes ingresar a Honduras y avanzó unos metros en territorio de su país.

Pero luego de pedir hablar con altos mandos militares mientras soldados de Honduras resguardaban con fusiles el paso fronterizo, Zelaya -que tiene una orden de arresto en su país- retrocedió de nuevo a territorio de Nicaragua.

"Hoy vamos a poner aquí campamentos con agua y comida y aquí vamos a estar", dijo Zelaya el sábado a cientos de simpatizantes que gritaban consignas contra el Gobierno interino que asumió tras el golpe de Estado del 28 de junio.

"No queremos ir a confrontar directamente los grupos armados con el fin de que se haga un masacre. Ustedes saben, si yo me acerco y ellos me quieren capturar la gente me va a defender y se va a armar una masacre", agregó.

El intento de cruzar la frontera el viernes, despertó las críticas de Estados Unidos, que ha apoyado a Zelaya y exigido su retorno al poder. La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, dijo que su presencia en la frontera era "irresponsable".

Tensando la situación con Estados Unidos, a quien había pedido en una carta endurecer las medidas contra los responsables del golpe de Estado, Zelaya aseguró que Clinton no contaba con información adecuada.

"Yo creo que hay que darle la información correcta a ella, para que venga a ver lo que está pasando en Honduras y sus palabras sean para reclamar a los golpistas, no al pueblo heroico que está resistiendo", dijo.

Aunque Zelaya había dicho que la próxima semana podría viajar a Washington para reunirse con Clinton, el sábado sostuvo que si Estados Unidos quería hablar con él, que enviara un delegado a la zona fronteriza.

Y llamó a sus partidarios a trasladarse a la también fronteriza localidad de Ocotal, en Nicaragua, para instalar un campamento y un frente organizado en busca de volver al poder.

Mientras tanto, Zelaya esperaba que su esposa, su madre y sus hijos lograran cruzar a Nicaragua junto con partidarios que exigen su restitución, que habían sido detenidos en retenes militares en una carretera hondureña que lleva a la frontera.

Desde hace días el Gobierno interino de Robero Micheletti viene advirtiendo que detendrá a Zelaya si entra en Honduras, bajo cargos de violar la Constitución por buscar un referendo dirigido a extender el mandato presidencial, entre otras acusaciones.

ATIZANDO EL FUEGO

Desde Venezuela, el presidente Hugo Chávez, principal aliado de Zelaya y a quien muchos hondureños acusan de ser responsable de la crisis política en el país, atizó la hoguera el sábado al decir que las gestiones de Arias fueron "una trampa" y que el mandatario hizo bien en desecharlas.

Chávez, enfrentado con Estados Unidos, respaldó a Zelaya en su intento de ingresar a Honduras el viernes.

"Imprudente dice la doctora Clinton (...) me parece que es correcto que esté allí, aunque no lo dejen entrar", dijo.

Los temores de que un regreso desate violencia en el país centroamericano, uno de los tres más pobres de América, persistían el fin de semana.

En la localidad de El Paraíso, del lado hondureño de la frontera y donde hay retenes militares que impiden el paso hacia la zona limítrofe, cientos de simpatizantes de Zelaya chocaron el viernes con soldados y policías.

Las autoridades el sábado confirmaron la muerte de una persona en esa localidad, pero no determinaban aún las causas del deceso y tampoco estaba claro si estuvo ligada a alguna protesta.

"Sé que mucha gente fue hacia la frontera por diferentes vías, pero muchos se han retirado a sus casas, obviamente por esta vía no vamos a poder pasar", dijo Rafael Baharona, dirigente del Frente de Resistencia Nacional contra el golpe, que estaba en la zona sin poder pasar hacia la frontera.

Cerca de Danlí, a unos 35 kilómetros de la frontera, la esposa del derrocado presidente, Xiomara Castro, intentaba avanzar hacia Nicaragua para encontrarse con Zelaya, pero los policías le impedían el paso.

"Nos quedaremos el tiempo que sea necesario, no pueden seguir reprimiendo al pueblo", afirmó a Reuters Castro, parada frente a la barrera policial y delante de simpatizantes que gritaban consignas a favor del depuesto presidente.

Castro, vestida con pantalones vaqueros, desafió a unos 60 policías y militares que bloqueaban la carretera, donde más de un centenar de manifestantes, que levantaban una bandera de Honduras, intentaban otra vez llegar a la frontera.

"Nos tienen retenidos desde ayer (viernes)", dijo Ernesto Castellón, de 32 años, con una gorra de béisbol y pañuelo rojo, a unos 10 metros de la barrera policial.

Pero el Gobierno interino ofreció a la familia de Zelaya el sábado por la tarde un vuelo privado para "ser transportado a donde lo requiera".

"Hay toque de queda y aquí no puede pasar nadie", afirmó por su parte el teniente militar Orlando Ayala.

El Gobierno interino amplió 12 horas más desde las 18.00 hora local (0000 GMT) del sábado el toque de queda en la zona fronteriza, en otra medida para evitar el flujo de personas y concentraciones de manifestantes.

Zelaya, un empresario liberal que a mitad de su mandato giró a la izquierda y se alió a Chávez, irritando a empresarios e incluso a su propio partido, fue sacado de su casa a punta de rifle por militares en la madrugada y llevado a Costa Rica en una acción que indignó a la comunidad internacional.

Micheletti dijo que su Gobierno aún no ha terminado las negociaciones y discute la propuesta de Arias, la cual será consultada con los poderes judicial y legislativo, que tenía previsto discutirla el lunes.