Actualizado 28/04/2016 09:52

Agencia de Investigación Criminal de México defiende la investigación del caso Iguala

43 'normalistas'
HENRY ROMERO / REUTERS

CIUDAD DE MÉXICO, 28 Abr. (EUROPA PRESS) -

   El director de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) de México, Tomás Zerón, ha defendido este miércoles la actuación de las autoridades en la investigación de la desaparición de 43 estudiantes en septiembre de 2014.

   Zerón, acusado por las familias de los desaparecidos de colocar pruebas falsas en el río San Juan, donde se encontraron bolsas con restos humanos, ha afirmado que su presencia en el lugar fue legal, ya que era un "acto de reconocimiento".

   Este grupo de expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) presentó un vídeo en el que se ve al funcionario en las inmediaciones del río San Juan, un día antes de que se encontraron las bolsas con restos humanos, a partir de los cuales se identificó a Alexander Mora Venancio.

   Sin embargo, Zerón ha indicado que las grabaciones publicadas por el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) son erróneas, ya que indican que las bolsas fueron encontradas en diciembre, y no dos meses antes.

   "Lo que se muestra en el video es una de las múltiples visitas" que realizó a varias localidades ubicadas en la zona en la que se registraron las desapariciones, ha remachado, tal y como ha recogido el diario mexicano 'La Jornada'.

   El GIEI ha denunciado múltiples irregularidades en la investigación sobre la desaparición de los 43 'normalistas', lo que ha llevado a las autoridades mexicanas a impedir que los expertos internacionales sigan colaborando en las pesquisas.

   Los investigadores de la CIDH han desmontado la versión oficial de la PGR sobre el caso Iguala, sugiriendo que la desaparición de los jóvenes, hace año y medio, podría estar relacionada con las rutas de la droga en el estado de Guerrero.

   La PGR sostiene que los 'normalistas' fueron víctimas de una venganza política del alcalde Iguala. El regidor local se los habría entregado a Guerreros Unidos presentándolos como miembros de una banda rival y los sicarios les habrían matado e incinerado en la vecina Cocula.