BUENOS AIRES, 4 Oct. (Del corresponsal de EUROPA PRESS Rafael Saralegui) -
Las relaciones entre el Gobierno de Néstor Kirchner y la Iglesia Católica de Argentina se encuentran en estado de máxima tensión, después de que el portavoz del Arzopispado de Buenos Aires, Guillermo Marcó, recomendara hoy al mandatario no fomentar "el odio" entre los argentinos.
"Si un presidente fomenta cierta división, termina siendo peligroso para todos. Hay que dejar de alentar odios y de levantar el dedo acusador", afirmó en una rueda de prensa Marco, portavoz de la máxima autoridad de la Iglesia argentina, el cardenal Jorge Bergoglio.
"Un presidente debe ser consciente de que es presidente de todos los argentinos, que es su responsabilidad mayor", agregó Marco, quien de todos modos negó que las relaciones entre la Iglesia y el Gobierno estén pasando por su "peor" momento.
El ministro del Interior, Aníbal Fernández, ha sido el encargado de responder en nombre del Gobierno. "Yo escuché a Marco decir cosas terribles, el vocero del Episcopado no puede decir que el presidente, elegido por el pueblo argentino, alienta los odios porque no es así", indicó.
"Tampoco me parece correcto y esto amerita una enorme autocrítica, utilizar las iglesias como unidades básicas. No está bien", agregó el ministro. Las llamadas unidades básicas son las sedes que el oficialista Partido Justicialista tiene diseminadas por todo el país.
Las relaciones entre la Iglesia y el Gobierno comenzaron a tensarse después de que el opispo de Puerto Iguazú, Joaquín Piña, decidiera encabezar una coalición opositora en la provincia de Misiones para enfrentar la reforma de la Constitución provincial que impulsa el gobernador Carlos Rovira, un aliado de Kirchner.
Rovira quiere modificar la constitución provincial para establecer la reelección en forma indefinida, ya que actualmente sólo puede se elegido durante dos mandatos. Todos los partidos opositores se han agrupado alrededor de la candidatura del obispo Piña, para los comicios del 29 de octubre.
Kirchner visitó Misiones la semana pasada y en un multitudinario acto en respaldo del gobernador Rovira, comentó que "soy cristiano, creado en la educación católica. Siempre me dijeron que Dios no tiene partido, que nos ayuda a todos", al criticar la decisión de Piña de enfrentar a Rovira.