BUENOS AIRES, 12 Ago. (Reuters/EP) -
Argentina celebrará este domingo unas inéditas elecciones primarias que han sido consideradas una prueba clave para la oposición, que buscará un líder capaz de frustrar la posible reelección de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en los comicios generales del próximo 23 de octubre.
La peronista Fernández de Kirchner lidera por amplio margen los sondeos, pero analistas afirman que las primarias permitirán medir con precisión la opinión de los argentinos sobre su Gobierno, después de varias elecciones locales en las que la oposición mostró fuerza en regiones importantes.
Las primarias fue ideada para que los partidos seleccionaran sus candidatos a presidente, pero las agrupaciones políticas los escogieron previamente, por lo que la votación del domingo funcionará como una selección de aspirantes, que deben sacar más de un 1,5 por ciento de los sufragios para poder participar de las presidenciales de octubre.
Por ello, al participar directamente los mismos candidatos que competirán en octubre, las primarias son vistas como una previa de las elecciones generales o, incluso, como una suerte de monumental encuesta de opinión. "Esto va a ser casi como una pre-elección presidencial", dijo a Reuters la analista política Graciela Romer.
"Nosotros no vemos que exista por el momento una fuerza alternativa que pueda poner en riesgo la reelección de Cristina Fernández, al día de hoy", agregó.
Fernández de Kirchner busca obtener al menos un 40 por ciento de los sufragios en las primarias del domingo, en las que están convocadas a participar casi 29 millones de personas. Ese porcentaje es clave ya que en la elección de octubre sería suficiente para que la mandataria evite una segunda vuelta si le saca al menos 10 puntos porcentuales a su inmediato contrincante.
Con un 45 por ciento de los sufragios ganaría su reelección directamente en la primera vuelta, según las normas electorales locales.
Los candidatos opositores, que están muy divididos, buscan alcanzar el domingo la segunda posición con una ventaja clara, ya que esperan que el segundo mejor votado logre unificar en octubre el voto contra el gobierno 'kirchnerista'.
El diputado socialdemócrata Ricardo Alfonsín y el expresidente Eduardo Duhalde, del peronismo opositor, son considerados los dos principales opositores.
La presidenta Fernández de Kirchner tiene altos índices de aprobación gracias a la expansión de la economía del país y a una ola de simpatía popular tras la muerte de su antecesor y marido, Néstor Kirchner.
Los partidarios que apoyan a la mandataria afirman que demostrará que es electoralmente imbatible en primera vuelta, pese a que los candidatos oficialistas sufrieron severas derrotas en las elecciones para gobernador en la provincia de Santa Fe y en Buenos Aires.
Un sondeo de la encuestadora local Management & Fit, realizado en julio, mostró que la mandataria tiene un 38,3 por ciento de intención de voto, seguida por Alfonsín con un 15 por ciento.
Los partidarios de Fernández de Kirchner tienen menos incentivo para participar en las primarias que los opositores que buscan consolidarse como alternativa de poder, aseguró el analista político Enrique Zuleta Puceiro.
"Quienes van a participar son más gente de oposición, que tiene incentivo. Hay una suerte de competencia opositora para ver quién es el líder y no hay muchos incentivos para el oficialismo", indicó el analista.
"Hoy por hoy existe la posibilidad que estas internas abran un clima de expectativa, porque Cristina (Fernández de Kirchner) no llegue al 40 por ciento. En octubre superaría el 40 por ciento, pero hoy no es octubre", concluyó.