Actualizado 03/07/2009 03:57

Argentinos temen a la gripe H1N1, pero no tanto

Por Karina Grazina

QUILMES, Argentina (Reuters/EP) - Los argentinos dicen estar muy preocupados por la rápida expansión de la influenza H1N1 en el país, donde ya cobró al menos 44 víctimas fatales, pero no tanto como para acatar las recomendaciones oficiales.

En Quilmes, una ciudad a 17 kilómetros al sur de Buenos Aires, las autoridades ordenaron cerrar lugares públicos como bares, restaurantes y centros comerciales a partir del jueves pero la mayoría de los comerciantes ignoró las indicaciones.

"Me llamaron ayer (miércoles) a la noche para avisarme y hoy vine para ver qué hacía el resto y vi que había muchos bares abiertos y abrí", dijo el propietario de un bar en el centro de la ciudad, quien pidió no ser identificado.

"Si no cierran todos no sirve y tampoco puedo perder plata yo sólo para nada", agregó.

En las calles de Quilmes la gente entraba y salía de los comercios normalmente, aunque los vecinos dicen que hay un poco menos de personas que lo habitual.

Argentina es el tercer país del mundo con mayor cantidad de muertes provocadas por el virus, después de México y Estados Unidos.

Ante el avance de la enfermedad, en la capital argentina algunas personas utilizan mascarillas, que se agotaron en muchas farmacias, al igual que las reservas de alcohol en gel y se disparó el ausentismo en empresas y escuelas, previo a la suspensión de clases.

"Estamos esperando que se llegue al (período de) amesetamiento (de la gripe). Pido que asumamos la responsabilidad (...) para evitar la propagación del virus", dijo el flamante ministro de Salud de la nación, Juan Manzur.

El funcionario reconoció en rueda de prensa que hay otros recientes muertos bajo sospecha de la gripe.

El Gobierno de la presidente Cristina Fernández dispuso una partida especial de 1.000 millones de pesos (unos 260 millones de dólares) para que la cartera de salud tome decisiones de urgencia.

La mandataria pidió, durante un acto público donde lanzó apoyatura educativa por televisión para millones de alumnos que vieron adelantar las vacaciones del invierno austral, la colaboración masiva de la población.

MEDIDAS

Esta semana las autoridades declararon la emergencia sanitaria en grandes ciudades, fueron suspendidas las clases en las escuelas de todo el país, las universidades también cerraron sus puertas y se cancelaron algunos eventos deportivos.

Originalmente, las vacaciones escolares de invierno se extenderían por dos semanas hasta el 3 de agosto, pero las autoridades decidieron adelantar su inicio al próximo lunes 6.

Pero en contrapartida, muchos argentinos siguen paseando por los centros de compra, yendo al cine y al teatro.

"Sé que dicen que no tendría que venir a un shopping pero si no es acá me lo voy a agarrar por la calle, en el colectivo (autobús). El virus está en todos lados", dijo Yésica Núñez, una estudiante de 23 años, que se disponía a comer en un centro de compras de la ciudad junto a dos amigas.

También se jugarán los partidos de fútbol, el deporte más popular del país, del torneo local que convoca a miles de personas cada fin de semana.

El domingo se disputará un partido entre Vélez Sarsfield y Huracán que definirá el torneo y los simpatizantes no están dispuestos a verlo por televisión por causa de la gripe.

Pero para prevenir el contagio ya se están fabricando mascarillas con el escudo de Vélez, que se venderán por 5 pesos (1,3 dólares).

Autoridades recomendaron no asistir a lugares de concentración masiva, como centros de compras, y evitar los viajes en metro, pero no cerraron lugares públicos ni ordenaron la cancelación de espectáculos hasta el momento.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el 11 de junio pandemia de influenza, la primera desde 1968, que ya suma casi 80.000 contagiados y 337 muertos.