Actualizado 25/07/2009 09:43

Asesores de Bush debatieron si enviar al Ejército dentro de EEUU

NUEVA YORK (Reuters/EP) - El Gobierno de Bush debatió si ponía a prueba la Constitución de Estados Unidos al enviar soldados a los suburbios de Buffalo, Nueva York, para arrestar a un grupo de hombres que se sospechaba estaban conspirando con Al Qaeda, informó el viernes el periódico The New York Times.

Algunos de los asesores del presidente George W. Bush, especialmente el vicepresidente Dick Cheney, afirmaron que un mandatario en ejercicio tiene el poder de usar al Ejército en territorio de Estados Unidos para atrapar a los hombres y clasificarlos como combatientes enemigos, sostuvo el diario.

Bush eventualmente rechazó la propuesta, que fue presentada en el 2002 sin consultar a funcionarios de alto rango del Ejército, dijo el Times. El diario citó como fuente a ex funcionarios del gobierno que solicitaron no ser identificados.

Las leyes y la Constitución de Estados Unidos, en especial la Cuarta Enmienda que prohíbe las detenciones o registros excesivos sin causa probable, impiden que el Ejército realice incursiones dentro del territorio del país.

El reporte afirma que funcionarios del Gobierno de Bush debatieron si era posible utilizar la medida mediante una interpretación amplia de la autoridad presidencial apenas un mes después de los ataques del 11 de septiembre contra Estados Unidos.

Los defensores de la medida sostenían que el uso de la fuerza militar contra Al Qaeda sería legal, debido a que su propósito era la seguridad nacional y no a la aplicación de las leyes.

Quienes propusieron el plan, presentado por Cheney y su asesor legal David Addington, utilizaron un memorándum escrito por los abogados del Departamento de Justicia John Yoo y Robert Delahunty que afirmaba que sería legal.

"El presidente tiene amplia autoridad constitucional y legal para desplegar al Ejército contra terroristas internacionales o extranjeros que operen dentro de Estados Unidos", afirmaba el memorándum, según lo citó el Times.

Entre quienes se opusieron a la propuesta estaban la entonces asesora de seguridad nacional Condoleezza Rice, el director del FBI Robert Mueller y Michael Chertoff, en ese momento jefe de la división criminal del Departamento de Justicia.

"Fue un poco como una pelea por territorio", dijo un ex funcionario de Gobierno al Times. "Para varias personas, cruzar la línea de tener actividades de inteligencia o del Ejército dentro de Estados Unidos no merecía el riesgo", agregó.

Bush finalmente ordenó al FBI que realizara los arrestos. Los hombres del suburbio de Buffalo conocido como Lackawanna se declararon culpables de cargos relacionados con terrorismo.