Actualizado 05/06/2009 19:49

Ataque suicida deja 40 muertos en mezquita Pakistán

Por Simon Cameron-Moore

ISLAMABAD (Reuters/EP) - Un atacante suicida mató el viernes a unos 40 feligreses en una mezquita en el noroeste de Pakistán, mientras el enviado especial de Estados Unidos Richard Holbrooke consultaba a líderes del país sobre lo que debe hacerse una vez que el Ejército elimine a los talibanes en Swat.

"Unas 40 personas murieron. Aún no tenemos idea de cuantos son los heridos", dijo Atif-ur-Rehman, principal funcionario gubernamental del distrito de Upper Dir, cercano al valle de Swat, en donde el Ejército lleva a cabo un importante operativo contra la insurgencia.

Umer Rehman, un habitante de la localidad de Hayagai, a unos 200 kilómetros al noroeste de Islamabad, dijo que 12 de los 38 cuerpos identificados por la policía correspondían a niños.

"Hay partes de cuerpos esparcidas en la mezquita. No sabemos si son de los muertos que han sido identificados o de otros", explicó.

El primer ministro Yusuf Raza Gilani dijo que incidentes de este estilo no "harán desistir al Gobierno de su determinación de eliminar a este azote (del terrorismo) del país".

Gilani pidió a Holbrooke, el enviado por el presidente Barack Obama para Afganistán y Pakistán, condonar la deuda de Pakistán a Estados Unidos, que era de 1.550 millones de dólares a fines de marzo, y acelerar el abastecimiento de equipo militar.

ATACANTES ARRESTADOS

La policía arrestó a atacantes suicidas en Islamabad y la cercana Rawalpindi, dijo el ministro del Interior de Pakistán, Rehman Malik, a periodistas el viernes.

Los sospechosos fueron atrapados un día antes con chalecos con explosivos pero Malik no dijo cuántos fueron los detenidos. El periódico The News informó que cuatro hombres habían sido arrestados.

Horas después de que visitara el distrito de Mardan el jueves para ver los campamentos establecidos para algunas de las 2,5 millones de personas que han huido de Swat, militantes mataron a tiros a cinco policías y a un soldado tras atacar primero a una caravana con una bomba al costado del camino.

Hablando al final de su visita de tres días, Holbrooke hizo notar un cambio positivo en la actitud pakistaní y la disposición del Ejército para actuar contra los militantes, pero dijo que Pakistán necesitaba ayuda internacional para tener éxito.

"La prueba a esta política es si los refugiados pueden volver a casa, volver a casa rápidamente y reconstruir y volver a sus vidas normales y eso (...) debe ser parte de un esfuerzo de reconstrucción internacionalmente respaldado", dijo Holbrooke a una conferencia de prensa.

El enviado estadounidense citó un estimado por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados António Guterres que el costo podía ser de hasta 1.000 millones.

El Ejército afirma que han muerto más de 1.200 militantes y 90 soldados desde que comenzó la ofensiva a fines de abril, mientras los extremistas llevaron a cabo ataques con bomba en Lahore y las ciudades del este de Peshawar y Dera Ismail Khan.

El presidente Asif Ali Zardari ha mostrado una fuerte posición contra los militantes, pero aún debe convencer a los pakistaníes de que no está luchando la guerra de Estados Unidos, pese a ser un aliado de Washington en la campaña para derrotar a Al Qaeda y estabilizar a Afganistán.

"Es la lucha por nuestra supervivencia", dijo Zardari en una entrevista con el periódico Financial Times publicada el viernes. "Las futuras generaciones no nos perdonarán si fracasamos. No nos podemos dar el lujo de perder. La derrota no es una opción para nosotros", añadió.