Actualizado 25/06/2009 21:01

Bernanke, con más problemas que en comienzo de crisis

Por Mark Felsenthal

WASHINGTON (Reuters/EP) - Si el 2008 fue un año duro para el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Ben Bernanke, el 2009 no luce más fácil, pues a los desafíos económicos ahora se le suman las batallas políticas.

Cuando falta poco para el término de su mandato, en enero, la capacidad de Bernanke para evitar baches en ambos frentes influirá en la determinación de si él ganará otros cuatro años al frente de la Fed.

Primero, está la economía: con la tasa de desempleo de Estados Unidos en 9,4 por ciento y en aumento, Bernanke se enfrenta al desafío de alentar una recuperación de una recesión que lleva 18 meses, con políticas no convencionales que según temen algunos, reactivarán la inflación.

Luego, está la política: él debe convencer al Congreso de que la Fed merece un papel principal en un sistema reestructurado de supervisión financiera, incluso cuando responde a las críticas de fallas de la Fed antes del colapso financiero, y por algunas acciones posteriores.

El fragor político se hizo evidente el miércoles cuando un legislador republicano denunció que la Fed amenazó indebidamente con despedir al responsable de Bank of America, Kenneth Lewis, sí él se rehusaba a avanzar con una planeada compra de la castigada firma de corretaje Merrill Lynch a fines del año pasado.

El jueves, Bernanke negó nuevamente que haya amenazado a los ejecutivos de Bank of America para que no paralicen la fusión con Merrill Lynch, o que los haya presionado para ocultar malas noticias sobre Merrill.

Miembros de la Comisión de Supervisión y Reforma de Gobierno de la Cámara de Representantes acusaron a la Fed de encubrir su participación en la fusión y de ocultar importantes detalles a otros reguladores federales.

"Ni yo ni ningún miembro de la Reserva Federal nunca dirigió, instruyó o recomendó a Bank of America retirar del conocimiento público ninguna información relativa a Merrill Lynch", sostuvo Bernanke en un testimonio preparado para ser presentado ante el panel.

Es en este contexto que el presidente Barack Obama tendrá que decidir si vuelve a designar a Bernanke cuando su mandato como presidente venza el 31 de enero.

El principal rival de Bernanke, el director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca Lawrence Summers, un ex secretario del Tesoro, asesorará a Obama sobre esa decisión.

"Está combatiendo incendios que él no quiere enfrentar, que están mucho más allá de su dominio normal. Estoy seguro de que él preferiría preocuparse por la tasa de los fondos federales", dijo Torsten Slok, economista de Deutsche Bank Securities en Nueva York.

ELOGIO DE OBAMA, CONFIANZA DE MERCADO

El martes, en una conferencia de prensa, Obama elogió a Bernanke pero no ofreció indicios sobre si quiere que vuelva a ocupar el puesto.

"Ben Bernanke ha manejado su cargo extraordinariamente bien bajo circunstancias extraordinarias", dijo Obama.

Si bien algunos políticos pueden oponerse, Bernanke -por ahora- tiene la confianza de los economistas.

En un sondeo de Reuters de este mes, los economistas le asignaron una calificación de 8 sobre 10 por su manejo de la crisis económica. Cuatro de 39 economistas sondeados dijeron que Obama nombrará a Summers como jefe de la Fed.

Ahora, Bernanke debe caminar por la delgada línea entre mantener bajo el costo del crédito para respaldar la recuperación, y mantener la confianza del mercado de que él mantendrá la inflación controlada.

Tras bajar las tasas de interés casi a cero por ciento, la Fed de Bernanke se embarcó en una serie de compras de valores de largo plazo para reducir otros costos del crédito establecidos en los mercados financieros.

Si bien esa estrategia hizo bajar las tasas en un principio, los rendimientos de largo plazo de la deuda del Tesoro subieron incómodamente por unas semanas, mientras crecían las preocupaciones de los inversores de que los masivos esfuerzos de la Fed y el creciente déficit fiscal alimentarían la inflación.

"Lo más importante que él puede hacer es retener la confianza de los participantes del mercado financiero y en este punto, creo que en gran medida, él la tiene", dijo James O'Sullivan, economista de UBS.