Actualizado 19/05/2015 19:38

Brasil apuesta por las lluvias y descarta el racionamiento eléctrico en 2015

Residentes de Cantareira hacen fila para llenar cubos de agua en Brasil.
Foto: NACHO DOCE / REUTERS

BRASILIA, 19 May. (Reuters/Notimérica) -

   Las autoridades brasileñas descartan el racionamiento eléctrico este año, ya que la desaceleración de la economía y las tarifas más altas están ayudando a reducir el consumo.

   No obstante, los embalses de agua siguen en niveles críticos por culpa de la sequía. Además, Brasil es un país muy dependiente de la energía hidroeléctrica, ya que cerca de dos tercios de la matriz energética dependen de la generación hidráulica.

   Al aplazar la impopular medida, criticada por varios expertos, el Gobierno está contando con agua que podría no durar hasta la temporada seca de mayo a octubre, advirtió Leontina Pinto, de la consultora Engenho. "Es una apuesta muy arriesgada. Están luchando para aplazar el problema hasta el año próximo, cuando la situación será peor y serán inevitablemente necesarios unos duros esfuerzos de racionamiento", predijo Pinto en una entrevista telefónica con Reuters.

   En su opinión, hay un 40% de posibilidades de que este año sea necesario el racionamiento energético en algunas zonas del centro y el sur del país. "Los niveles de agua que tenemos ahora no son suficientes para garantizar que el sistema aguantará el periodo seco", declaró.

   Las presas en las regiones del sureste y el centro estaban a cerca del 30% por ciento de su capacidad a finales de abril. Con ese nivel, se espera que lleguen a noviembre -el comienzo de la próxima temporada de lluvias- al 10%, según las previsiones del operador de la matriz energética brasileña, ONS.

   Este es el nivel mínimo absoluto requerido para operar las plantas energéticas, según dijo el ministro de Energía, Eduardo Braga, a los periodistas en Brasilia en enero.

   Los embalses que alimentan a las plantas eléctricas y los que acumulan agua potable están en cotas muy bajas tras una sequía en los últimos tres años que redujo de forma drástica las lluvias en la densamente poblada región del sureste brasileño.

   El miembro del Instituto Nacional de Investigación Espacial, Antonio Nobre, relacionó la cada vez más dura sequía brasileña con el calentamiento global y la deforestación del Amazonas. Ambos fenómenos están reduciendo radicalmente la liberación de miles de millones de litros de agua por parte de los árboles de la selva, lo que reduce las precipitaciones más al sur, aseguró.

   Una red de plantas eléctricas alimentadas con gas, petróleo y carbón están funcionando ahora a toda marcha, algo que podría ayudar a evitar los cortes, aunque los costes de producción son cerca de un 50% mayores que con la hidroeléctrica. Estas plantas suponen cerca del 29% de la actual capacidad generadora de Brasil, frente al 22% de 2009.

   Tras un enero inusualmente seco, el sureste de Brasil, donde están las grandes ciudades de Sao Paulo y Río de Janeiro, recibió lluvias por encima de la media en febrero y marzo.

   Sin embargo, "abril fue el mes más seco en cinco años", según el meteorólogo del centro de monitoreo de desastres naturales del Gobierno, Giovanni Neto.

   Por su parte, el reconocido especialista Mario Veiga dijo en una conferencia en marzo que el uso de la electricidad debe caer un 6,5% este año para evitar apagones, y que el Gobierno debería haber empezado a imponer medidas de racionamiento el año pasado.

   Las estimaciones indican que Brasil llegará a la temporada lluviosa de 2015-16 con los embalses casi vacíos y sin certeza de que vaya a recibir suficiente lluvia para mejorar rápidamente los niveles, comentó Veiga.

   Otro factor que podría tener consecuencias sobre las precipitaciones e incrementar las temperaturas en Brasil es el fenómeno de 'El Niño', que afecta al Océano Pacífico y el año pasado provocó un descenso de las lluvias en el sureste del país.