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   Por Emerson Kapaz, consejero de Asuntos Públicos en S/A LLORENTE & CUENCA

   MADRID, 14 Abr. (Notimérica) -

   Recientemente el PMDB ha formalizado su aprobación para salir del gobierno, en una votación en la que se han expresado todas las agrupaciones territoriales, dando así el pistoletazo de salida oficial al proceso que puede culminar en la destitución de la Presidente Dilma Rousseff.

El PMDB era, de hecho, el fiel de la balanza. No solo por ser actualmente el mayor partido nacional, sino principalmente por haberle dado al PT, el partido de la Presidente, un apoyo político sin el cual no habría podido gobernar tanto tiempo. Su decisión de abandonarlo oficialmente sella el destino de un gobierno que ya no gobierna.

   También deben formalizar su salida del gobierno el PSB, el PP y el PSD, mientras que los partidos que no lo abandonen oficialmente deberán liberar a sus diputados el día de la votación.

   Así se pone en marcha el proceso de destitución que, siguiendo las fases aprobadas por el Tribunal Supremo el 8 de marzo, deberá ser confirmado por la votación del pleno de la Cámara de los Diputados el próximo 17 de abril. Una vez aprobado por al menos 342 diputados federales, el proceso de destitución pasará al Senado.

   En el Senado, teniendo en cuenta las formalidades, la constitución de la comisión y otros trámites necesarios, la votación debería tener lugar antes del 12 de mayo. Si una mayoría simple confirmara la decisión de la Cámara, la Presidente Dilma Rousseff sería apartada de su cargo durante 180 días y el Vicepresidente Michel Temer asumiría el gobierno interino. La decisión final, una vez presentadas la acusación y la defensa, se tomaría en una sesión del Senado presidida por el Presidente del Tribunal Supremo, siendo necesario el voto de 54 de los 81 senadores para hacer efectiva la condena.

   Mientras tanto, la operación "lava-jato" sigue desarrollándose a pleno rendimiento, con nuevas denuncias, una presión constante de la opinión pública y nuevos nombres procesados por la justicia.

   Al mismo tiempo, después de la decisión del PMDB seremos testigos de un clima de euforia en los mercados financieros y las empresas: bolsa al alza, caída del dólar y puesta en marcha de proyectos archivados. Varios sectores de la economía estaban a la espera de esta señal política para dar el primer paso, a pesar de saber que la crisis no se va a resolver por completo.

   El gobierno Temer debería contar con una coalición de casi todos los partidos en la Cámara y el Senado, pudiendo así sacar adelante votaciones que antes no pasaban del papel. La vía por la que hay que avanzar está clara y poner fin a la crisis política marcará las pautas para las soluciones económicas.

   Puede leer el informe completo aquí.

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