Actualizado 16/05/2006 09:38

Brasil.- El gobernador de Sao Paulo rechaza la ayuda militar del Gobierno para controlar los disturbios


SAO PAULO, 16 May. (EP/AP) -

Claudio Lembo, gobernador del estado de Sao Paulo, ha rechazado a primera hora del martes una oferta de ayuda por parte del Gobierno federal en la que se le garantizaba ayuda policial y militar para contener la peor ola de ataques criminales contra la Policía en la historia de Brasil, que cumplió el lunes el tercer día y ha dejado hasta ahora de 81 muertos, numerosos motines carcelarios y decenas de autobuses quemados mientras el nerviosismo y el miedo se extendían por la ciudad más grande de América del Sur.

"Llegamos a la conclusión de que el Ejército, en este momento, es innecesario y le agradecemos al Gobierno federal por ofrecernos esa posibilidad", dijo Lembo durante una declaración en directo, al lado del Ministro de Justicia Marcio Thomaz Bastos, quien vino desde Brasilia para evaluar la situación.

El presidente de Brasil, Luiz Inacio 'Lula' da Silva definió horas antes la oleada de ataques como "una provocación, una demostración de fuerza del crimen organizado."

Durante la noche, las autoridades informaron, sin entrar en detalles, que todas los motines presidiarios habían sido sofocados, en medio del cierre total de todas las tiendas y establecimientos.

"Todos estamos cerrando", dijo Luciana Bernardes, gerente de un restaurante. Alrededor del local, todo lo demás también cerraba. Escuelas y universidades enviaron a casa a sus alumnos y las oficinas privadas concluyeron la jornada más temprano.

La ola de atentados contra las fuerzas del orden fue desatada el viernes por la poderosa banda criminal conocida como Primer Comando Capital (PCC) en protesta por la transferencia de prisiones de algunos de sus líderes, de acuerdo con las autoridades.

Los blancos principales fueron estaciones policiales y de bomberos, servicio de autobuses públicos, agencia bancarias y hasta individuos reconocidos como parte de la policía. Simultáneamente en más de la mitad de las 147 penitenciarias del estado estallaron rebeliones de presos.

El PCC fue fundado en 1993 por criminales recluidos en la Penitenciaria Taubaté en Sao Paulo y permaneció como un grupo aislado hasta febrero del 2001, cuando organizó la mayor revuelta carcelaria de la historia de Brasil hasta entonces.