Actualizado 16/06/2013 00:24

Intensas protestas en la inauguración de la Copa Confederaciones en Brasilia


MADRID, 15 Jun. (EUROPA PRESS) -

Cientos de personas han manifestado ante el Estadio Mané Garrincha, en Brasilia, en el que se inaugura este sábado, 15 de junio, la Copa Confederaciones de fútbol con un partido entre la anfitriona, Brasil, y la selección de Japón. La manifestación, que comenzó de forma pacífica para protestar contra el coste de la celebración del evento deportivo, ha evolucionado de forma violenta y se salda, por el momento, con 11 personas detenidas y 4 policías heridos.

Más de 2.000 personas, según los manifestantes, y 500, según la Policía Militar, se han congregado frente al Estadio Mané Garrincha, para denunciar el gasto que supondrá organizar la Copa Confederaciones y la Copa del Mundo, en lugar de invertir dicho dinero en otras inversiones sociales, según reclamaciones de los convocantes que ha recogido el diario 'Folha de Sao Paulo'.

La concentración se inició a las 10.30 de la mañana en Brasilia Highway sin incidentes. Sin embargo, pronto se comenzaron a vivir momentos de tensión tras el intento de algunos manifestantes de acceder al estadio para evitar la celebración de la Copa de Confederaciones, que fue evitado por la Policía Militar. Posteriormente, sobre las 14.00 horas, la Policía volvió a actuar, pero esta vez con gases lacrimógenos y balas de goma, para repeler a algunos manifestantes que increpaban a los asistentes del partido.

El objetivo "es mantener el libre acceso a los aficionados. El problema que tenemos es que no es solo un movimiento y se dificultan las conversaciones", explicó un teniente coronel de la Policía.

La tensión ha ido escalando en intensidad, hasta el punto que se sospechaba de una posible mochila-bomba abandonada alrededor de las instalaciones. Más tarde se comprobó que era una falsa alarma.

También, se pudo ver a los manifestantes portar pancartas con mensajes que reclamaban mejores salarios y de apoyo a las protestas de Sao Paulo, donde se han producido movilizaciones contra las recientes subidas de las tarifas del transporte público. Los asistentes también lanzaron ejemplares de la Constitución brasileña a los pies de los Policías, así como flores. Asimismo, se corearon gritos como "en cuanto la bola se mueve, falta salud, falta escuela", "quiero ver el dinero para la educación", entre otros, según el diario 'Folha de Sao Paulo'.

El malestar de los congregados gira en torno al coste de la construcción del estadio, 1.200 millones de reales (418 millones de euros), y del gasto que genera mantenerlo, unos 17 millones de reales (6 millones de euros) sólo en la colocación de los asientos y en el cuidado del césped, según datos del diario 'Folha de Sao Paulo'.

El partido se ha celebrado sin incidentes y los manifestantes siguen apostados en los alrededores del estadio vigilados por unos 3.200 policías desplegados en el lugar.