Actualizado 20/10/2006 06:32

Brasil.- Lula, 22 puntos por delante de Alckmin en las encuestas


RÍO DE JANEIRO, 20 Oct. (EP/AP) -

El presidente brasileño, Luiz Inacio "Lula" da Silva, continúa aumentando su ventaja en las encuestas para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales brasileñas. Si las elecciones, previstas para el próximo 29 de octubre, se celebrasen hoy el líder del Partido de los Trabajadores derrotaría a su rival conservador, Geraldo Alckmin, con el 61% de los votos, frente al 39% pronosticado por el líder del Partido Socialdemócrata, según una encuesta publicada hoy por la cadena de televisión Bandeirantes.

El sondeo de la encuestadora Vox Populi realizado entre el lunes y martes de esta semana a una muestra de 2.000 electores otorga al actual presidente una ventaja de 22 puntos porcentuales. El margen de error de la muestra es del 2,2%.

En la anterior encuesta realizada por la misma empresa hace una semana Lula obtenía el 55% de todos los votos válidos, de los que se excluyeron los nulos y los indecisos, y su rival, el 45%. Es decir, en el lapso de una semana Lula habría ganado seis puntos porcentuales en detrimento de su rival.

DEBATE TELEVISADO

Ambos candidatos volvieron a enfrentarse ayer jueves en un debate televisado en el que la corrupción volvió a tener el protagonismo. Alckmin comenzó pidiendo que el Gobierno dé el ejemplo a la sociedad brasileña con honestidad; Lula le respondió que el debate corría el riesgo de convertirse en una canción de una sola nota.

Su continuó el debate argumentando que "no se trata de una sola nota sino de 1.750.000", sobre las cuales los brasileños demandan explicaciones, en referencia a la cantidad de dinero encontrada en poder de dos militantes del Partido de los Trabajadores (PT), al que pertenece Lula, supuestamente para comprar un dossier con documentos para incriminar a Alckmin y al gobernador electo de Sao Paulo, José Serra, en una transacción de ambulancias con facturas infladas.

En su aparición en la cadena de televisión SBT ambos candidatos hablaron con más calma y evitaron elevar el tono de voz, en parte como resultado de las normas establecidas previamente.

Animado por las últimas encuestas que le dan una ventaja de 20 puntos porcentuales, a Lula se lo notaba relajado, mientras Alckmin, a diferencia del debate anterior, estaba más inquieto y se excedía constantemente en su tiempo tanto para hacer las preguntas como para responder.

El actual mandatario tuvo su mejor oportunidad en la primera parte del debate cuando ironizó sobre la seguridad, y dijo que los telespectadores podrían creer que bajo el Gobierno de Alckmin resurgiría en todo Brasil el Primer Comando Capital (PCC), el temido grupo mafioso que paralizó en tres ocasiones la ciudad de Sao Paulo con una ola de ataques contra la Policía. Alckmin fue el gobernador del Estado de Sao Paulo hasta principios de este año, fecha en la que dimitió para poder presentarse como candidato a la presidencia del país.

Los dos candidatos comenzaron hablando de sus programas de gobierno y, por sorteo, el debate fue abierto por Lula, quien habló de los logros de su administración en el sector agrícola.

PRIVATIZACONES

Se enfrascaron también en el tema de las privatizaciones, una de las armas de Lula contra su rival, al que acusa de pretender privatizar aún más empresas estatales. Alckmin respondió que no piensa privatizar, pero dijo que si la privatización es conveniente para el país, habría que hacerla.

Lula argumentó que bajo el Gobierno socialdemócrata de Fernando Henrique Cardoso se habían vendido activos del Estado por 200.000 millones de dólares y preguntó dónde estaba ese dinero.

A pesar del clima menos hostil de comienzos de mes, ninguno de los candidatos cedió terreno y continuaron en un intenso debate. Alckmin subrayó que el Gobierno no sabía gastar, que Brasil no crecía y estaba a la zaga entre las naciones emergentes.

Lula contesto diciendo que el gobierno del partido de Alckmin había pagado mucho a los acreedores de Brasil y que el suyo, en cambio, había conseguido controlar la inflación y bajado las tasas de interés.

Para terminar, Lula reclamó el apoyo de los telespectadores para continuar en el camino iniciado por su Gobierno, mientras que Alckmin afirmó que el PT y Lula ya habían tenido su oportunidad y que en todos los indicadores sociales y económicos Brasil había empeorado. Prometió que bajo su Gobierno Brasil crecería a un ritmo mucho mayor que el marcado por Lula.