BRASILIA, 28 Sep. (EP/AP) -
El presidente Luiz Inacio Lula da Silva aseguró que se siente avergonzado por las declaraciones que dio su rival en las próximas elecciones refiriéndose a una posición "sumisa" por parte de Lula hacia el presidente boliviano, Evo Morales.
"Me pena que un hombre que es candidato a la presidencia de la república diga una tontería así", afirmó Lula en una entrevista con la televisión 'Record', cuando le preguntaron sobre las palabras del líder socialdemócrata, Geraldo Alckmin, quien había dicho que Lula tiene una actitud "sumisa" ante Morales.
El mandatario brasileño dijo que los socialdemócratas "querían que en el caso de Bolivia yo montara una bravuconería, que yo gritara, que yo colocase al ejército en la frontera con Bolivia para demostrar no se qué".
"Nuestra arma es el dialogo. Yo sé de la situación del presidente de Bolivia y de su pueblo y creo que tenemos que dialogar; crear una política de armonía con Bolivia, con Uruguay, con Paraguay, que son los países menores, más pobres y que precisan de la ayuda de los países más ricos como Argentina y Brasil", agregó.
Subrayó que había pasado el tiempo en que iba a los portones de las fábricas para gritar, como dirigente sindical, y que su política en el gobierno y las relaciones internacionales es el diálogo.
Las relaciones de Brasil con Bolivia se enfriaron el 1 de mayo cuando Morales nacionalizó la industria petrolera y ordenó al ejército que tomara las instalaciones de las empresas extranjeras, entre ellas las de Petrobras, incluso de dos refinerías del conglomerado brasileño.
Desde entonces los dos países han intentado, aún sin éxito, ponerse de acuerdo en los términos del traspaso de las acciones de las refinerías y de precios para el gas natural que Brasil compra de su vecino.
El tema ha estado presente durante toda la campaña presidencial brasileña. Alckmin y otros líderes opositores han dicho que Lula ha sido blando con su vecino, por sentirse vinculado ideológicamente a Morales.
En la entrevista con Record, Lula también dijo que consideraba al presidente cubano Fidel Castro "el único mito vivo en la política mundial".